lunes, 1 de octubre de 2007


“… De ese sugerente color sepia…", expresa Alfredo y continúa: "...Cuando hago consideraciones del carnaval de antaño, lo hago desde mis intensas vivencias de los carnavales de los cincuenta en Ensenada, Berisso y La Plata. Sin desconocer que cada barrio, cada ciudad y cada murga tiene un sello característico; entonces como ahora, la murga no está adentro de un tupper. Como componentes de la cultura popular, los murgones estuvieron y están relacionados por sutiles vasos comunicantes. Esto es para dar marco a la sugerente foto de los Pegotes de 1956. Al respecto recuerdo que en ese entonces, se tomaba como referencia a los conjuntos musicales de moda, sea por sus profusas presentaciones en los bailes o por su presencia en el cine, además de las revistas del género. Aparte, en los estudios de radio, los conjuntos se presentaban con sus indumentarias y esas presentaciones se hacían a estudio colmado. En ese entonces se estilaba usar vestimentas uniformes ya sea en las orquestas típicas como en las llamadas orquestas características. Estaba muy de moda todo lo tropical y carioca así que por un lado o por otro la muchachada murguera que eran todos milongueros, tomaban como referencia a los conjuntos tropicales como a las orquestas características. Ya en los 40 aparecía la Santa Paula Jazz Band, donde cantaba Juan Carlos Thorry. Esta, como las demás orquestas, que además actuaban en las confiterías del Centro, usaba unas chaquetas de seda o telas parecidas que llegaban todas a la cintura, sin levita. Y unos cuellos tipo smoking y moñitos. Luego, había murgueros que imitaban esa indumentaria. En cuanto a los conjuntos tropicales, usaban también blusas de seda, con mangas amplias con puño tipo camisa. Estas mangas podían ser lisas o con volados .Como eran tiempos de vacas gordas, se solían cambiar los tajes todos los años. Además había murgas que usaban chaquetas tipo saco de fumar (que ahora no se usan más) que llegaban hasta donde ahora llegan los sacos de los trajes. Yo de esa época no recuerdo levitas, al menos donde yo me movía y observaba todos los detalles. En cuanto a sombreros ese que aparece es el tipo sultán de las Mil y Una Noches. También aparecían los feces que se atribuían a los "turcos". Y vi muchas murgas con gorra tipo policía o militar, que solían llevar plumas pequeñas, obviamente de colores en la parte mas alta. En cuanto a los maquillajes de los muchachos (eran muy raras las murgueras y no se las miraba bien: les decían varoneras) Los muchachos, digo, se pintaban los labios y usaban aros. Algunos se pintaban con carbón o algo parecido y se pintaban algunas siglas en la frente con los lápices de labios, la más común era T. B. C. y otras que eran medio "picantes". Claro, esto en un contexto donde abundaban las mascaritas, donde se tiraba serpentina y papel picado. Había carrozas y disfraces infantiles. (Saco chapa de haber ganado el concurso de disfraces de Ensenada de 1952, con un traje con cowboy – le decíamos convoy – que que mi abuelo me trajo de U. S. A..) No eran mejores pero sí muy distintos a los actuales. Era otra Argentina…”
Añade Feca Feca: “…La camisa de la que hace referencia Alfredo se la he visto usar a en algún corso a Los Mocosos de Liniers, creo que se le llama “rumbera”. Tengo entendido que en los 50 también se utilizaba La Llave y el Candado…”
Pupita agrega: “…La “rumbera” o “casaca” es también lo que llevan actualmente algunas murgas de Saavedra, como por ejemplo, Los Goyeneches, Los Magos o Los Reyes del Movimiento, con lazo a la cintura y cuello redondo además de las mangas abuchonadas. También se las he visto a Los Pibes de Don Bosco. He visto también a Los Nenes llevar los sacos que dice Alfredo (tipo smoking sin los faldones que tiene la levita). En Los Fantoches de Iberá y Donado - me han contado - en los años cuarenta salía uno vestido con levita y pantalón pero con moño en la cabeza y los labios pintados. Le decían La Nena ¿Qué es la llave y el candado? Bueno, acá andamos... Cómo turco en la neblina descifrando los pedazos rotos de nuestra murgueridad maldita en su propia tierra…”