lunes, 1 de octubre de 2007

[xi]
Alfredo interviene: “Porque la muchachada no sabe y no le han dicho, que la madre del borrego de todas las tropelías posteriores fue la autodenominada Revolución Libertadora" (Fusiladora, diría Jauretche). (…) En los carnavales de 1957, para ir al corso de Berisso desde nuestra Ensenada de Barragán, teníamos que pasar por el Club YPF, en la puerta de la destilería. Allí estaban apostados los Infantes de Marina que tenían movilizados a los obreros obligándolos a trabajar. En ese entonces una audición de Radio, "La Revista Dislocada", había puesto de moda una canción que decía:
"Debe se, lo gorila, debe se
Que andarán por ahí...”
Bueno como era la época del decreto 4161/56 que en un festival de aberraciones en materia de derechos humanos, se lleva todos los premios – claro, en esa época, Amnesty no existía y los estudiantes universitarios eran aliados de los represores – se tomo esa canción como un emblema de la resistencia. Por eso al llegar con el camión a donde estaban los Infantes de Marina, la murga "Los Cariocas" de Ensenada les cantaba:
“Debe se, lo gorila debe se
Que andarán por ahí…"
Te imaginas como me acorde de eso cuando medio siglo después (marzo de 2007) fui a cerrar los carnavales con mi murgón en ese Berisso...”
Pupita escribe: “…Aquí transcribo para quien le interese algunas líneas del libro de Coco Romero, "La Murga Porteña. Historia de un Viaje Colectivo", Colección La Andariega, Editorial Atuel, Buenos Aires, 2006, de inestimable valor (…) para tod@s l@s amantes de la historia de la murga porteña: ‘... El film está inspirado en un hecho real que los diarios recogieron como noticia curiosa en 1956: una murga de chicos había depositado en una comisaría, a beneficio de los niños enfermos de poliomielitis todo el importe recaudado durante los días de carnaval. Fue el primer gesto, la primera dádiva a favor de los atacados por ese terrible mal.Este gesto tan conmovedor fue el eslabón inicial de toda la campaña desatada luego para combatir el implacable mal…’ Taboada, continúa Pupita, el guionista de la película - citado en el mismo libro - en una nota ("La murga, crónica de un gesto", aparecida en el diario La Nación el 2 de abril de 1963) dice: ‘(...) no es un libro hecho por encargo. Lo escribí en épocas de poca actividad cinematográfica y estuvo durante largo tiempo en un cajón (...) He querido imprimirle al ambiente ese clima muy porteño de "tragedia a priori", sin llegar al tono total de tragedia que la tradición delsainete impulsa en los inquilinatos. El barrio, el conventillo, el baldío, el fútbol callejero, el corso de barrio, el carnaval del juego del agua desfilan como telón de fondo de la vida de un grupo de chicos porteños..." A continuación Coco Romero recoge las reflexiones de Fernando Peña, quien en 1993, va a decir: "... Tal vez porque expresaba tipologías y sentimientos propios del gusto popular de los '50, cuando yaestaban soplando los vientos de los primeros '60, descreídos y en mucho renovadores, la obra fue acusada de falsedad sensible. No es que Taboada gustara de poner demasiados violines a sus páginas. De hecho, en la murga hizo que uno de los personajes cuestione amargamente los presuntos cambios prometidos por la revolución de 1955, y aunque la frase pueda pasarse por alto hoy, es claro que nose habrá escapado al espectador de 1963. (...) La literatura de Taboada encontró un complemento preciso en esa rara precisión para el apunte visual que caracteriza a Mugica y lo mejor de ambos se complementó a la perfección en todos los detalles de descripción costumbrista: juegos de agua en carnaval opuestos a las censuras del cura, padres que no prestan el barrilete a sus hijos, bohemios con bandoneón que sabe de flores pisoteadas, fútbol de potreros con un gordo que deja el arco cuando lo llaman a comer. Estas características no sólo resultaban extrañas al intelectualizado panorama cinematográfico de 1963, sino que además han adquirido con los años un valor casi testimonial…’”
Negro Paulino agrega: “…Los más viejos tenemos la obligación de contar lo que sabemos y lo que hemos vivido. A propósito, les paso un resumen con lo más sustantivo del mentado decreto 4161/56. Es una muestra, de lo que hace cincuenta años fue una contrarrevolución cultural, en la que la murga y especialmente el bombo, como símbolo fue una de sus principales víctimas. DECRETO-LEY 4161/56 Art.1: Queda prohibida en todo el territorio de la nación: a) La utilización, con fines de afirmación ideológica peronista... de las imágenes, signos, expresiones significativas, doctrinas, artículos y obras artísticas, que pretendan tal carácter, o pudieran ser tenidas por alguien como tales, pertenecientes o empleados por los individuos representativos u organismos del peronismo. Se considerará especialmente violatoria de esta disposición la utilización de la fotografía, retrato o escultura de los funcionarios peronistas o sus parientes, el escudo y la bandera peronista, el nombre propio del presidente depuesto, el de sus parientes, las expresiones peronismo, peronista, justicialismo, justicialista, tercera posición, la abreviatura P, las fechas exaltadas por el régimen depuesto, las composiciones musicales Marcha de los muchachos peronistas y Evita capitana, o fragmentos de las mismas, y los discursos del presidente depuesto o su esposa, o fragmentos de los mismos. b) La utilización por las personas y con los fines establecidos. c) La reproducción por las personas y con los fines establecidos...Art. 3: El que infrinja el presente decreto-ley será penado: a) Con prisión de treinta días a seis años, y multa de m$n 500,-a m$n 1.000.000,- b) Además con inhabilitación absoluta por doble tiempo del de la condena. c) Además con clausura de quince días y en caso de reincidencia con clausura definitiva. Art. 4: Firma del Presidente Gral. Aramburu y el Vicepresidente Alte. Rojas.
En este momento del debate, Mariano aporta algunos conceptos de Noé Jitrik, escritor y crítico literario, acerca de la tan mentada frase: “Alpargatas sí; libros, no”.
[i] “…La frase que se hizo famosa en el año 1945, cuando el conflicto político, con telón de fondo de los estertores finales de la guerra mundial, se coagulaba en un violento enfrentamiento peronismo/antiperonismo, fue “alpargatas sí, libros no". Era o parecía una opción; o se estaba con los libros, lo que suponía valores culturales exclusivos y excluyentes, o se estaba con las alpargatas, sustantivo que implicaba justicia social. En su irrupción combativa, sólo de un lado, porque nadie replicaba invirtiendo los términos, nadie decía "alpargatas no, libros si", la opción fue vista por ciertos sectores afiliados a los libros, o sea a la cultura ,como reaparición de una barbarie que se inscribía a su vez, en la tradición conceptual y política sarmientina, adoptada desde 1880 en adelante como ideología indiscutible, desde luego, hubo quienes no aceptaron en su momento tan fácilmente el predominio de ese concepto, pero eso no quiere decir que fueran partidarios de la barbarie, al menos de la que Sarmiento había condenado. El mejor ejemplo de ello fue José Hernández, uno de los precursores del populismo posterior, enemigo del indio (bárbaro), conciliador con el mundo gaucho (semibarbaro), finalmente integrado al plan liberal roquista que suponía al mismo tiempo la eliminación del indio y la desaparición del gaucho. ¿Se podría, sin ser groseros, relacionar el peronismo del periodo menemista con las alpargatas? Por de pronto, nunca la civilización -los manoseados libros-ha sido homogénea, como nos lo enseñó Walter Benjamín cuando señaló ,inolvidablemente, que todo documento de civilización es también un documento de la barbarie, ni la barbarie es tan compacta como para no dejar entrar ningún elemento de la civilización. Así ,libros, más allá de sus presuntamente privilegiados detentadores, significa cultura, ciencia, artes, una idea de humanidad basada en valores superiores, en ejemplos luminosos, orgullo de la civilización humana, el viejo humanismo que liberó al mundo de la siniestra oscuridad teológica. Alpargatas, a su vez, describe una situación esencialmente inhumana e injusta, desde la carencia absoluta de bienes que la civilización produce hasta, lo más negro, la falta de futuro, la enfermedad y la muerte a corto plazo.Detrás de esa palabra se agazapa la palabra JUSTICIA, eso que es tandifícil de lograr cuando el privilegio se le opone y eso ocurre casi siempre. ¿Será posible pensar un continuo entre los dos conceptos? Así un país que no protege sus ciencias y sus artes jamás podrá promover el acceso a esos bienes a quienes piden JUSTICIA; es más, esa JUSTICIA se aleja a medida que lo exquisito se ahoga. Pensar que conservar el antagonismo y la oposición, conservar esos "sí", esos "no" como si no pudieran disolverse en un "acaso" supone la aniquilación de unos y la esclavitud de otros. DE MODO QUE, LIBROS SI, ALPARGATAS SI…”
Fede (Pulga) de Cachengue y Sudor refiere: “…Creo que hay algo así como un agujero negro que no nos permitió continuar con establecer un arraigo con la historia. El carnaval y sus agrupaciones tienen un arraigo en las inmigraciones europeas y a la población negra que fue forzada a venir para estos lados dada la esclavitud que regía épocas atrás. Si bien hay algún sostén de la historia murguera, no son mayoría las murgas que se ocupan de incluirla en su mensaje y son menos las que se encargan de transmitir la historia a los integrantes más jóvenes. En algunos casos, se da el mensaje de que la murga es solo para distraerse de los problemas de la vida en carnaval y cosas por el estilo. Esta fiesta popular tiene una carga política (no partidaria), social y cultural que en algún lado del tiempo se hizo difusa y hoy existen algunos que intentan reflotarla y otros que no. Creo firmemente que, con sus transformaciones lógicas sufridas en este tiempo, se debe acudir a aquellos que conocen y juntar información para desempolvar los cuadernos de la historia del carnaval... Para eso... hay que juntarse...”
Negro Paulino señala: “…Me parece muy acertada la intervención de Mariano con la cita de Jitrik sobre la consigna "alpargatas sí, libros no”. Creo que es el motivo de fondo del drama argentino, y que Sarmiento en el Facundo retrata franca y directamente. Para Sarmiento se estaba con la civilización (Europa) o con la barbarie (América). Todo lo que viniera de Europa o tuviera sus modos era "civilizado" y todo lo que fuera originario de América era "bárbaro". Por lo tanto, como decía Jauretche, ellos vienen con el sombrero hecho en Europa, si uno acá tiene la cabeza más grande, ellos no agrandan el sombrero, uno tiene que achicar la cabeza. El caso de "alpargatas sí...", me parece que fue una consigna de lucha, de la masa peronista, que en su mayoría era mestiza, indo-americana, que reaccionaba contra el antiperonismo más activo del la F.U.B.A. del momento (los hijos de las clases medias blancas de Buenos Aires, hijos y nietos de los inmigrantes europeos y las clases altas) que eran y son la punta de lanza de la colonización europea en nuestro país. (Hasta la reforma de la Constitución del 94', el artículo que se refería a la inmigración, consignaba expresamente que se privilegiaba la inmigración de origen europeo.) Resumiendo, ante el agravio racista, (el diputado radical Ernesto Sanmartino, calificó de aluvión zoológico a la masa peronista) la masa levanta el agravio y lo hace bandera, como Eva Perón que toma el insulto a su pueblo, y lo hace caricia de madre, "mis grasitas" los llamaba. Y levanta su alpargata de "cabeza" como bandera para oponerla a las bibliotecas que los "gorilas" (¿No es cierto, Alfredo?) les tiraban por la cabeza. Y los libros estaban escritos en su mayoría por europeos de todas las épocas, o por americanos que pensaban el mundo desde Europa…”