lunes, 1 de octubre de 2007




Al respecto nos cuenta Chipi: "Se llama Tati y tuve el placer de que saliera un carnaval conmigo cuando sacaba a los Desfachatados del Bajo Belgrano (2002, 2003, 2004 y 2005). Ahora tiene ochenta y cuatro pirulos y si le insisto un poquito... ¡Hasta capaz que sale con Los Inquietos! Allí está con sus compañeros luciendo los trajecitos de su murga de tachín - tachín, "Los Habitantes de la Luna" ¡Me resulta tan gracioso el nombre! A veces me canta las canciones, onda como las cantaba Nariz..." Y luego hace un certero llamamiento: “…Creo que es el momento justo para que algún viejo murguero que haya vivido y experimentado las décadas del 40 y 50 den su opinión al respecto. También es muy productiva la lectura del libro de Coco Romero”.[viii]
Continúa Alfredo refiriéndose a la intervención de Ramiro: “En su comentario sobre la película (…) a él le llama la atención que el bombo y el platillo estén separados. Bueno, cuando yo empecé a ver la movida murguera de aquí hace unos diez años, lo primero que me llamó la atención era que el bombo y el platillo iban juntos. Hasta ese entonces eso lo había visto en las bandas de circo. Siempre teniendo en cuenta mis intensas vivencias a los cincuenta en Ensenada, Berisso y La Plata, en esa época el bombo y los platillos iban separados. Y había tambores, además de redoblantes, que ahora por lo menos en las murgas porteñas y metropolitanas han desaparecido. Ahora bien, si uno repara en el mural que hay en frente al Parque Lezama, al entrar a la Boca, por la avenida Almirante Brown a la izquierda, allí aparecen el bombo y el platillo juntos, aparece una cuika o algo muy parecido y una suerte de instrumento de madera, que hace supongo mucho ruido. Supongo que los artistas se habrán inspirado en fotos de los corsos de La Boca. También aparece el acordeón, lo que coincide en que allí se salía con lo que se tenía a la mano.”
Se suma Mariano: “Yo la verdad no recuerdo haber visto esta película, pero parece piola. Además trabaja mi abuelo, como dice Ramiro. ¡Ja ja ja ja ja! No soy un fanático de las películas de la época pero en vacaciones me enganchaba los sábados a las 14 horas, creo, a ver pelis viejas argentinas en canal 7 (…) Sanmartiniano … Mmm … No sé, me parece que así se llama... Un chabón con peluquín y el pelo bien teñido de negro. El loco pasa pelis de Tita Merello o esas de teléfono blanco en las que trabajaba Mirtha Legrand... Pero esa me la perdí… Son las de Sono Film, nooo? Con los hilitos que aparecen y la voz a destiempo; son muy bizarras. Me encantan. O las de Hugo del Carril, en las que el chabón enamorado mal con la finoli... que me parece que le hace las mil y una; hay una escena cuando llega al conventillo en dope y amargado la chica que realmente está enamorada de él lo mira de lejos acongojada... ¡Alucinante! El programa se llama Cine de Barrio.”
Escribe Ramiro: “Sí, no es que me llame la atención. Fue más que nada una intervención provocadora, sobre cómo en otros tiempos había murga y no tenían bombo y platillo como algunos dogmáticos nos quieren hacer creer. El tema es si queremos mantener una tradición cuantos años atrás tenemos que volver. Ojo, me quedo con los ritmos que escucho ahora con bombo y platillo. La cuika gigante en realidad es la sambomba, un instrumento que viene de España y que utilizaban murgas acá hace mucho tiempo. Quienes hayan visto El Fulgor Argentino, del Grupo de Teatro Catalinas, cuando aparece la murga "Los Amantes del Ananá" cerca de 1930, hay bombo, zambomba y matraca. Ojo, yo tampoco sé si había algún criterio. Si las murgas eran todas iguales o había diferencias según barrios o lugares, o si paralelamente en el tiempo convivieron distintos estilos (algunos con bombo y platillo y otros sin, o con sambomba)…”
En este punto, Héctor “Pichi” Roterio cree necesario expresar: “Vamos a tirar agua a ver si aclara. Por empezar El Grupo Catalinas no es para nada una murga, es un grupo de teatro. Eso para empezar. Ahora bien, Ensenada, qué yo sepa, no es un barrio de la Ciudad de Buenos Aires – cómo verán no hablo de barrio porteño porque Ensenada tiene puerto; por ende es un lugar porteño – y cuando hablamos de murga porteña hablamos de la ciudad de Buenos Aires. Los viejos murgueros y los viejos vecinos de esta ciudad hablan del bombo con platillo. La película La Murga no me dice nada, absolutamente nada, ya que cuenta una historia de solidaridad, no de murga. El eje no es la murga sino la solidaridad de los vecinos. Ejemplo: la curia a la murga la mató siempre y en la película el cura es uno más solidarizándose con el director. Estoy totalmente seguro de que tanto el guionista como el director no se interiorizaron en lo más mínimo en lo que era una murga. Por otro lado, en la Boca no sólo había murgas sino que también había comparsas y agrupaciones humorísticas de carnaval. Moraleja: no es lo mismo Lola Montes que te montes a Lola. Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa…”
José Manuel Prieto (Esoj) de Eso en mi Barrio es Pelea pregunta: “¿Los pibes sólo cantan por los bares o hacen algún tipo de baile?”
Nelly de Los Guardianes de Mugica sostiene: “Vi por primera vez el film La Murga en agosto del 2000. Y de ahí, no paré de recomendarla. Creo que hoy, más que nunca, los murgueros debieran verla, para poder apreciar las coincidencias que tenían murgas de hace más de 50 años con las del presente, sobre todo en el sentido social (que fue lo que más me impactó). Pero con respecto a lo artístico sí hay diferencias (en los instrumentos, ya lo marcó antes Ramiro, sobre el bombo con platillo), y en cuanto a los pasos de bailes, por lo menos en lo que se ve en la peli, no hay coreografías para todo el cuerpo de baile como tenemos hoy.
Es el turno de Ariel Prat, quien recuerda: "... En 1988, llevé a un ensayo de "Los Elegantes de Palermo" al equipo del director (fallecido de repente en agosto del 98) Osvaldo Andéchaga para unas tomas de los bombos de la murga que se usaron en su gran película Ciudad Oculta para ambientar la secuencia del film que muestra la gloriosa toma del Lisandro de la Torre y su posterior represión.[ix] En esa peli hay música incidental de este juglar; en las partes de bailanta de la pareja protagonista (Lito Regúnaga e Isabel Quinteros) suena "Ven a cumbiar conmigo".[x] Trabajaron también Edgardo Suárez, Raúl Lavié, el negro Paulino Andrada... Es una peli que más allá de la anécdota murguera, vale la pena ver por su sensibilidad social y está filmada gran parte dentro de la villa misma, muy de adentro, sin visiones apologistas ni de caídos del catre. Otra perla que se debe buscar en los archivos de canal 13 (creo, si no, será otro), es un sketch de Carlitos Balá (en sus años mozos murguero en Chacarita) en el que haciendo de taquero de esquina dirigiendo el tráfico con su silbato, se va transformando en murguero y ¡¡termina bailando murga!! Es genial..."
Negro Paulino Nievas señala: “Quisiera hacer un aporte a las reflexiones que en estos últimos días he leído en el foro al respecto de cuestiones que abordan el tema de la identidad, la tradición, el carnaval y la murga. Empezaría consignando que el primer embate contra el género y contra el carnaval, como expresión popular comienza con el sangriento golpe de 1955. Esa dictadura, con la firma del presidente de facto General Pedro Eugenio Aramburu y de su vicepresidente Almirante Isaac Francisco Rojas, promulga – entre otros – un decreto, en 1956 que redefine los feriados nacionales. El nuevo decreto confirma algunos de los feriados anteriores y modifica otros, en este caso el feriado de lunes y martes de carnaval que de ser feriados nacionales, es decir obligatorios, (entre otras cosas obligaba a un empleador, a pagar extra por ser feriado) pasan a ser optativos (es decir ya no obligan). En esta situación se continúa hasta el año 1976 en que una nueva dictadura, con un nuevo decreto, vuelve a redefinir los feriados, en este caso simplemente, desapareciéndolo del almanaque. Con respecto a cuanto atrás debamos ir, como referencia para anclar el género, el estilo, es mi parecer que debemos tomar como base el momento de mayor esplendor del género (me estoy refiriendo al Centro Murga). Ese momento fue de aproximadamente 1940 a 1955 exactamente.El golpe contracultural cristaliza el género, lo pone en el freezer, lo persigue y lo margina impidiendo su desarrollo en libertad. La complicidad de esa clase media tan bien retratada por Arturo Jauretche en "El medio pelo en la sociedad argentina" colabora en la discriminación. A la violencia del golpe que es cultural, (la "gente" triunfa sobre la "chusma") se le suma la identificación que se hace del bombo de murga como símbolo de la "patota" peronista. A partir del decreto 4161 del golpe de1955, que prohíbe los símbolos del peronismo recién derrocado, el bombo de murga, que el peronismo llevó a sus concentraciones multitudinarias y lo hizo su símbolo, es anatematizado. Su sola aparición o percusión en las circunstancias que fueran, evocaban las "patotas siniestras del régimen depuesto", con la consiguiente condena de la "gente" (es decir el grueso de las clases medias urbanas antiperonistas). Esas clases medias que dividían a la gente entre "los grasas" y los que no lo eran. Y los peronistas eran los grasas. Hasta que Malvinas sacude la tilinguería eurocentrista y probritánica, y "nacionaliza" hasta el rocanrol imperial norteamericano en "rock nacional"¿...? El comienzo de la democracia, encuentra al bombo también "nacionalizado". Ahora lo tocan desde los militantes del P.C. a los de la U.C.D. Este es el momento, en mi opinión, en que los hijos de esas clases, empiezan a sentirse nacidos acá, y no ya como exiliados de Europa en América…”