Pupita sostiene: “…El género murguero no escapa a las generales de la ley de la sociedad en la que nació, creció y sigue desarrollándose a pesar de los incontables avatares a los que se ha visto sometido. Muchos han sido las rupturas y los quiebres sufridos por todo el espectro de las culturas populares a lo largo de las últimas décadas. Esto sin contar, por supuesto, la vergonzante tradición de muerte, tortura y desaparición forzada de miles de hombres y mujeres que la encarnan y que pertenecen a los sectores y las clases oprimidas de nuestro país. La mayoría de las veces nos hemos referido al corte más oscuro de nuestra historia reciente, como lo es el comienzo de la última de las dictaduras militares que comenzara en 1976 y lo que significó en términos de represión y crudo aniquilamiento. Sin embargo, tal como sostiene Negro Paulino, hay quienes ubican un primer resquebrajamiento en el año 1955. Y creo que no se equivocan. Hay un modelo de integración y cohesión social que comienza a romperse allí y cuyo paulatino desmantelamiento va a culminar varias décadas más tarde con los resultados evidentes y devastadores de destrucción de solidaridades, fragmentación y exclusión de much@s. Allí se conforma uno de los eslabones de lo que se ha llamado colonización pedagógica con el consiguiente escarnio de toda fuente o prestigio que permitiese en el futuro encontrar las bases de un pensamiento nacional. Hay una correlación muy fuerte entre los elementos de la murga y el carnaval y la simbología y el lenguaje herético e iconoclasta del peronismo en su relación a la cultura oficial que trastoca e invierte las formas y el sentido de los límites. Esto es muy claro, por ejemplo, en las descripciones que se hacen del primigenio 17 de octubre. No solamente las referencias a los bombos sino también lo que se describe como ropaje "estrafalario", los bailes, los cantos, la sensación de fiesta y subversión del orden establecido. En 1972 Fernando "Pino" Solanas filma "Los Hijos de Fierro".[xiv] (…) Es una película en blanco y negro y comienza con un sonar lento de bombos al que se agrega una voz en off que hilvana un relato. Un par de minutos más tarde la cámara toma un grupo de personas de todas las edades que viene entrando como una murga (aunque no vestida como tal) al ritmo de varios bombos, algunos con platillo, otros no y redoblante. Bailan, dan patadas y brazadas murgueras, tiran papelitos, revolean banderas argentinas. Se escucha el canto de l@s niñ@s: "Meta bombo y a contar, la memoria popular..." Se nota que es la década del setenta por la vestimenta pero lo que se cuenta hace alusión a 1945. En fin, es la visión de este director sobre esta relación tan peculiar pero que vienen a cuento de esta apasionante y crucial cuestión que estamos debatiendo. En un video (un "clip") fundante y precursor en mi opinión (teniendo en cuenta el momento y las circunstancias históricas en que fue hecho) y que cada vez que lo veo me gusta más - estoy hablando de El Murguero de Los Auténticos Decadentes - se retoma no ya lo estrictamente político sino la herencia social y cultural que se recibe: " Las zapatillas gastadas / de bailar tanto por la avenida /el bombo y los estandartes / mis compañeros en esta vida / es tradición de mi pueblo / herencia del negro que aquí llegó y que contrasta terrible y tristemente con las interpretaciones posibles que se desprenden del video que muestra el cuplé de la murga uruguaya Asaltantes con Patente en su "imitación" de la murga argentina…”
Mariano señala: “…Muy buena la reseña histórica, Paulino, de un nivel espectacular. ¡Siga escribiendo Maestro! Y al otro Maestro , Alfredo, le digo que siempre escribo de junio 1955. ¡Es más! Tengo un cuento que se llama Bombo y Levita en el que trato un poco el tema en forma de ficción y, por supuesto, a John William Cooke, baluarte de la Resistencia Peronista , que lejos de polemizar pero en honor a la verdad, el “Gordo” Cooke le dijo al viejo que se exilie en Cuba y el viejo prefirió España. Soy anarquista pero no soy "gorila" y me quedo con el “Gordo” Cooke, otro que quiso cambiar el peronismo desde adentro... ¡Y dejémoslo ahí! Sigan contando Maestros es una delicia leerlos…”[xv]
Contextualiza Alfredo: “… Tengo para mí que si hay algo inconceptuable es el fenómeno peronista. Como diría un autor hay elementos "transinteligibles en él". Pero me queda claro que el peronismo y la universidad, como mascarón de proa del sistema educativo formal, se dan de patadas. En realidad esto ya lo había anticipado el gran Saúl Taborda, en su conferencia de 1932, donde uno de los númenes de la Reforma Universitaria de 1918, calificó a la universidad como "hortus conclusus" (jardín cerrado en sí mismo). Corría 1945, y los estudiantes de la Universidad de La Plata habían resuelto dar batalla al avasallador peronismo (que todavía no se llamaba así). Entonces desde los frigoríficos de Berisso, partió una manifestación de trabajadores y frente a la sede la Universidad les gritaba a los estudiantes que la ocupaban, para defender la "autonomía universitaria" la consigna que luego haría historia:"Alpargatas si; libros no". En Argentina antes de Taborda, hubo quienes se anticiparon a tomar partido por la barbarie, los pioneros fueron Mansilla, el de la "Excursión a los Indios ranqueles" y Godofredo Daireaux. Luego casi en simultaneidad con Taborda lo hizo Canal Feijoo, que vaya a saber por qué, terminó conformando la pléyade de intelectuales gorilas visceralmente antiperonistas. En 1953, hubo un ensayo esclarecedor de un Rodolfo Kusch, que aun no había calado la dimensión del fenómeno peronista. Sin embargo escribió un ensayo, con un título que aun estremece. "La seducción de la barbarie: Análisis herético de un continente mestizo". No me olvido de Jauretche, pero este es más conocido y los otros menos aunque más profundos y agrego a ellos las investigaciones del erudito Fernando Pagés Larraya que sólo es conocido en reducidos círculos y el casi desconocido Carlos Molina Massey (1884-1964) que nos ilustran sobre los vasos comunicantes entre la "barbarie" y nuestros amados murgones…”
Mariano señala: “…Muy buena la reseña histórica, Paulino, de un nivel espectacular. ¡Siga escribiendo Maestro! Y al otro Maestro , Alfredo, le digo que siempre escribo de junio 1955. ¡Es más! Tengo un cuento que se llama Bombo y Levita en el que trato un poco el tema en forma de ficción y, por supuesto, a John William Cooke, baluarte de la Resistencia Peronista , que lejos de polemizar pero en honor a la verdad, el “Gordo” Cooke le dijo al viejo que se exilie en Cuba y el viejo prefirió España. Soy anarquista pero no soy "gorila" y me quedo con el “Gordo” Cooke, otro que quiso cambiar el peronismo desde adentro... ¡Y dejémoslo ahí! Sigan contando Maestros es una delicia leerlos…”[xv]
Contextualiza Alfredo: “… Tengo para mí que si hay algo inconceptuable es el fenómeno peronista. Como diría un autor hay elementos "transinteligibles en él". Pero me queda claro que el peronismo y la universidad, como mascarón de proa del sistema educativo formal, se dan de patadas. En realidad esto ya lo había anticipado el gran Saúl Taborda, en su conferencia de 1932, donde uno de los númenes de la Reforma Universitaria de 1918, calificó a la universidad como "hortus conclusus" (jardín cerrado en sí mismo). Corría 1945, y los estudiantes de la Universidad de La Plata habían resuelto dar batalla al avasallador peronismo (que todavía no se llamaba así). Entonces desde los frigoríficos de Berisso, partió una manifestación de trabajadores y frente a la sede la Universidad les gritaba a los estudiantes que la ocupaban, para defender la "autonomía universitaria" la consigna que luego haría historia:"Alpargatas si; libros no". En Argentina antes de Taborda, hubo quienes se anticiparon a tomar partido por la barbarie, los pioneros fueron Mansilla, el de la "Excursión a los Indios ranqueles" y Godofredo Daireaux. Luego casi en simultaneidad con Taborda lo hizo Canal Feijoo, que vaya a saber por qué, terminó conformando la pléyade de intelectuales gorilas visceralmente antiperonistas. En 1953, hubo un ensayo esclarecedor de un Rodolfo Kusch, que aun no había calado la dimensión del fenómeno peronista. Sin embargo escribió un ensayo, con un título que aun estremece. "La seducción de la barbarie: Análisis herético de un continente mestizo". No me olvido de Jauretche, pero este es más conocido y los otros menos aunque más profundos y agrego a ellos las investigaciones del erudito Fernando Pagés Larraya que sólo es conocido en reducidos círculos y el casi desconocido Carlos Molina Massey (1884-1964) que nos ilustran sobre los vasos comunicantes entre la "barbarie" y nuestros amados murgones…”