jueves, 31 de diciembre de 2009


"7. Submarino amarillo"
Quince Relatos



Por Bruno Di Benedetto





And our friends are all aboard
many more of them live next door
and the bands begins to play

Lennon – Mc Cartney
“Yellow submarine”
Álbum: Yellow submarine (1969)


Hemos venido para brindarle
sana alegría, de corazón
y le rogamos no nos olvide
que Como Salga siempre volverá.

Canción de despedida
de Como Salga



Hay oficios y oficios.


En el afán de ganarme la vida, muchas veces terminé perdiéndola de la manera más miserable, en trabajos que no servían a nada ni a nadie y con los que cumplía malhumoradamente, a regañadientes y añadiendo mi pincelada de mugre, dolor y hastío a esto que llamamos realidad.

Así he sido obrero metalúrgico, peón de albañil, vendedor de calculadoras electrónicas, publicista, pintor de brocha gorda, plomero y gasista, guionista de televisión y tantas otras cosas que prefiero no recordar.

Pero la vida me ha traído premios que tal vez no merecí del todo. Y así también pude ser maestro de pibes de ocho años que me condecoraron con sus manos pegajosas de mermelada y su cariño indestructible. Y otra vez me pagaron por enseñar (por aprender) las invisibles reglas de la poesía. Y otra por ir trotando de escuela en escuela cargando libros de Quiroga y de Prevert, de Cortázar y de Bradbury y por leer esos cuentos poblados de cohetes y de yararás, de flamencos con medias y cronopios inocentes como el sol. Y otra más por dejar que la radio llevara mi voz cargada de cuentos y poemas a mil kilómetros de mi boca. Ahora mismo me gano la vida mientras voy por los caminos de ripio del Chubut llevando las luces y voces y sombras que proyecto sobre improvisadas pantallas en pueblos y caseríos de nombres remotos que suenan a indio, a pionero, a duro invierno: Blancuntre, Buen Pasto, Gan Gan, Cajón de Ginebra Chico, Río Mayo...

Pero hace más de treinta años que empecé con estos oficios mágicos. Fue cuando me convertí en acordeonista a sueldo de la Comparsa Humorística y Musical Como Salga de la Isla Maciel, reina indiscutida de los carnavales de La Boca y hoy leyenda entre los jóvenes murgueros que tratan de revivir aquella magia hecha de ganas y de papel maché.

Tenía quince años, y tras cuatro de notable esfuerzo por parte de mi profesor Don Norberto Corridoni, había logrado convertirme en un pasable ejecutante de acordeón a piano. Y fue el mismo Corridoni quien nos recomendó, a mi primo Ernesto y a mí, para formar parte de la banda de fuelles de la comparsa Como salga, emprendimiento anual que daba cátedra desde los años treinta en los mejores corsos de la Capital y que tenía su cuartel general en una Sociedad de Fomento de la calle Espejo, en el corazón de la isla Maciel, un corazón rodeado de una mala fama tan enorme y desproporcionada como el cinturón de villas miseria que había que atravesar para llegar a los ensayos. Desde Septiembre, dos veces por semana, allá íbamos mi primo Ernestito y yo, en el colectivo 373, cargando con las tentadoras cajas negras de nuestras acordeones, que, nos hicieron saber pronto, se salvaron de las requisas más o menos robinhoodianas de los villeros gracias al salvoconducto automático que adquiríamos por ser “muchachos de la Como salga”.

Pero los verdaderos “muchachos” eran esos tipos increíbles que trabajaban de febrero a febrero, gratis, por amor a Momo, armando los carros y los gigantescos muñecos de hierro y cartón piedra, componiendo y ensayando los números humorísticos hechos de una picardía simple y de un incomparable sentido del ritmo y de lo ridículo.

Nosotros, los músicos, los niños mimados de la comparsa, éramos apenas unos mercenarios de carnestolenda comparados con aquellos hombres que se jugaban el honor del barrio y de dos generaciones de antepasados en cada Carnaval. Hijos de los hijos de los fundadores del barrio y de la comparsa, eran capaces de irse a las manos por esclarecer un punto doctrinal o de no dormir una semana por la amargura de no hallar una solución a un decorado o un verso.

En septiembre comenzaban los ensayos de la banda, y nuestro director hacía gala de rigores propios de una filarmónica, petrificándonos con su mirada de fuego helado cada vez que errábamos la nota o el ritmo. Tres o cuatro bandoneones, siete acordeones y seis bombos eran los encargados de la banda de sonido de ese serpenteante delirio de tres cuadras de largo, armado de carrozas y muñecos y pequeños teatros ambulantes montados sobre camiones playos y de hombres disfrazados de bebés, de payasos, de maricas, de políticos y también de mujeres. Porque no había mujeres en Como Salga. No podían participar de ninguna manera, lo prohibía una inquebrantable ley ancestral de la comparsa y que era tal vez una de las causas de su perdurabilidad, ya que las peleas por diferencias organizativas o artísticas son una cosa y los duelos por cuestiones de polleras una muy otra.

Durante el mes de enero se aceleraba el ritmo de trabajo y empezábamos a participar de los ensayos generales, que consistían en dar interminables vueltas a la pista de baile, mientras tratábamos de ajustar nuestra marcha al ritmo de los bombos: paso, pausa, paso, pausa, paso - paso - paso, pausa y así hasta llegar a una especie de trance zen después de haber atravesado las planicies del cansancio y la desesperación.

Y entonces llegaba el gran día. La comparsa se armaba en la puerta del Club. La banda de fuelles se ubicaba en el centro de la formación, flanqueada por los bombos. Adelante y atrás se perdían de vista las carrozas y camiones que llevaban a los actores. Los dramas que se desarrollaban a bordo eran simples y eficaces. En uno de los camiones habían montado con ingenio una habitación de lo que por entonces se llamaba hotel alojamiento o simplemente “telo”. A bordo iba una pareja que jugaba una torpe seducción. En el camino de ida, el hombre, en su afán de conquistar a una tierna y remilgada damisela que parecía no tener experiencia en esas lides, empleaba todas sus artimañas de galán, agotadas las cuales se decidía por la acción directa y sin más perseguía a su dama alrededor de la cama, sin alcanzarla, claro está. Cuando la comparsa emprendía el regreso deshaciendo el camino, los papeles se habían invertido: ahora era la damisela la que corría a un estropeado y cobarde galán, que evidentemente no estaba a la altura de las circunstancias.

Pero el número de más éxito nos precedía en la marcha. La gente le decía “Los bobitos” y año tras año se ganaban los mejores aplausos. La fórmula era simple: cuatro tipos, vestidos con pantalones hasta las rodillas, remeras larguísimas y sombreros a lo Capitán Piluso, que marchaban encorvados y pegados unos a otros, con paso errático pero perfectamente sincronizado al ritmo de la música. El primero simulaba soplar una pequeña flauta. Otro de ellos golpeaba con movimientos mínimos un bombo enano. Nunca levantaban la vista. Nunca miraban a nadie ni decían una sola palabra. Ni un gesto. Nada. Pero la gente deliraba de felicidad al verlos. Yo mismo no me cansaba de ir tras ellos todas las noches del Carnaval. Aún hoy, en los días malos, en los días en los que la rueda de la vida se hace demasiado pesada, los evoco para que me hagan reír. Si los ángeles de la guarda existen, si algún burócrata celestial quiere todavía asignarme algunos, entonces que sean cuatro, bien salames, y que marchen delante de mí con sus gorritas encasquetadas hasta la nariz y su fanfarria de flautines mudos y bombitos de juguete.

Era solemne el momento en que todos nos poníamos en marcha rumbo al Riachuelo. Los pobres de la isla venían a alentarnos en esa fiesta que era también la de ellos. Así que el primer desfile de la comparsa era por las calles de la Isla Maciel, y los primeros espectadores esos que año tras año aportaban su esfuerzo y algunos de sus pocos pesitos para que la Como Salga gane otra vez. Y la Marcha de Calle sonaba alta y fuerte entre los árboles y los frentes de chapa de las casas y los conventillos y los bombos hacían retemblar los farolitos y las tripas de toda esa gente.

Cruzar el Riachuelo era un tema aparte. Aquí la comparsa se dividía en grupos. Mientras los fuelles y los bombos reptábamos por el asfalto del puente Almirante Brown, sin dejar de tocar, las carrozas y camiones se subían al transbordador y eran remolcados lentamente sobre el agua fétida.

Nos reorganizábamos al pie de ese fierrerío de tarjeta postal y allá íbamos rumbo al corso de la Boca: cuatro, cinco, seis cuadras de ida y otras tantas de vuelta, con parada en el palco al que subíamos primero los músicos y después las estrellas de la comparsa, el director y los cantantes que hacían sus reclamos y guasadas. La gente alrededor se reía con ganas, alentada por los bombistas, unos gordos rubios y rosados de tamaño descomunal, con pañales, cofias de bebé, chupete y otros inocentes adminículos desmentidos por la mirada fiera y el brazo implacable con que le daban al parche. Después de la canción de despedida volvíamos al puente y a la Isla, desde donde nos desbandábamos rumbo a distintos clubes y bailongos para seguir la fiesta. Al final de las ocho noches del Corso, el premio era siempre para la Como Salga.

Durante tres años trabajé en la comparsa, y los músicos empezaron a ser viejos conocidos. Mi favorito entre los acordeonistas era el flaco Augusto, un larguirucho de unos veintitantos años, de pelo larguísimo y que en los descuidos del Director contrabandeaba aires de blues y de rock en la cuasi milica Marcha de Calle. Me gustaban su rapidez, su inteligencia, y su disposición a ayudar al que sea. Él me enseñó muchos de los yeites y truquitos acordeoneros que usé después durante años. Así que en la calle formábamos un trío inseparable Augusto, mi primo Ernesto y yo, siempre al borde de perder el ritmo en un ataque de risa por un chiste oportunísimo o por un piropo entre tierno y guarango que el flaco disparaba a mansalva a cuanta minifalda se aproximara demasiado al cordón que nos separaba simbólicamente del público. Al flaco le gustaban los Beatles y tocaba Yesterday de una manera extraña y sutil.

Una noche, rumbo a La Boca, alguien propuso cruzar el riachuelo en los destartalados botes servidos por viejos marineros italianos, que cobraban unas chirolas por llevarte al otro lado. Bogar por el Riachuelo en esas cascaritas de maní puede parecer fácil, y serlo, siempre y cuando uno no lleve encima un instrumento de más de veinte kilos y el miedo petrificante de caerse a ese baño corrosivo y póstumo que amenazaba en las negras aguas del riacho tristemente célebre.

Pero varios de nosotros, llenos de un romanticismo controvertido únicamente por el sentido del olfato, nos animamos a embarcar. Los viejitos empezaron a remar al unísono y despacito para no salpicarnos con esa tintura indeleble en la que navegábamos. En medio de la noche quieta y estrellada, un bandoneón comenzó a tocar Ondas del Danubio. Era un buen chiste, pero la música nos fue ganando de a uno, y cuando llegamos a la orilla ya recibimos nuestro primer aplauso.

Y cruzar en bote se hizo tradición para nuestro grupito de fuelles. Una última noche de carnaval, que también iba a ser la última mía en la comparsa, nos embarcamos todos haciendo equilibrio con los instrumentos por encima de la cabeza. Los bombos ya iban cruzando por arriba del puente y los botecitos se largaron a navegar con los leves empujones de los remos. Yo andaba triste, no sé bien por qué. Tal vez la misma noche era fría y tristona, y el resto de los músicos apenas hablaba. Alguien empezó con Danubio Azul, pero el valsecito se murió en el re del tercer compás.

En el centro del Riachuelo, flotando sobre una costra de petróleo y mugre de siglos, bajo el arco enorme y oscuro del transbordador, el mundo empezó a doler. De alguna confusa manera sentí que ese país inocente y juguetón de los años cincuenta y los sesenta se estaba yendo para siempre y que a la década que empezaba la íbamos a tallar entre todos en un bloque de plomo y sangre seca.

Y fue ahí cuando desde el bote de al lado me llegaron las primeras notas del Yellow submarine y un ¡dale gordito, prendete!. Cuando miré para el lugar desde donde había venido la voz lo vi al Flaco, de pie, recortado contra la apenas niebla que empezaba a cubrirnos, tocando y bailando despreocupado, como si estuviera sobre el empedrado de la isla Maciel. El acordeón del flaco se metía como un cuchillo de colores en la noche hecha de silencio y carne negra.

Y allá arriba, en el puente, los bebés de los bombos escucharon y empezaron a seguirle el ritmo. Un poco a desgano pulsé unas notas en el teclado, pero después me entró a gustar. Y al rato ya éramos varios de pie, fabricando esa tonta marchita que nos venía desde el Támesis con niebla y todo.

Y justo ahí, cuando los tanos de los remos empezaban a putear en dos idiomas porque les íbamos a volcar las cascaritas, y los que iban en el transbordador asomaban las cabezas llenas de gorritos y pelucas, y todos chapurreábamos we all live in a yellow submarine, yellow submarine, yellow submarine, justo ahí asomó en el agua negra y podrida un periscopio amarillo y fosforescente, justo ahí, cuando yo tenía justo diecisiete años y era fácil cantar, reírse y llorar y era triste no saber que de esas cosas se hace la felicidad.

Se reproduce con el permiso de su autor, a quien muchísimo agradecemos esta fabulosa contribución a la construcción conjunta de este espacio.
Más sobre Bruno Di Benedetto:


LAS SIGUIENTES IMAGENES FUERON DIGITALIZADAS POR HORACIO EUSEBI Y SE REPRODUCEN GRACIAS A LA GENTILEZA DE BRUNO DI BENEDETTO. TAL COMO EL SEÑALA, SON TODO UN DOCUMENTO DE EPOCA (CIRCA 1970)




Cuenta Horacio Eusebi en comunicación a Pupita La Mocuda: " Estas fotos me las dio un vecino, LUIS COLOMBINO, que falleció hace pocos días. Era un ícono del barrio, bombero, que algunas tardes se vestía de oficial con gorra y todo y se hacía llamar "El Comandante”. El era uno de los soldadores que armaban las estructuras de metal que luego se recubrían con tela cosida y arriba de eso, papel de diario con engrudo y luego pintura. Yo recuerdo ver cómo laburaban a la noche, en la vereda. Como Salga tenía su canción, que el amigo Bruno tocaba con su bandoneón: "…Con estas notas se presenta Como Salga…" Eran unas líneas de bandoneones y, a los costados, bombos tocados con mangueras, abriéndose paso, de vereda a vereda. Recuerdo cuando hicieron un gordo "millonario". ¡Era tan alto que iban dos personas levantando los cables de las lamparitas de las esquinas! Otra escena era S.E.G.B.A., un trailer con gente comiendo un asado y uno solo trabajando arriba de un palo de luz. (Esos chistes nos llevaron al desastre de los noventa, ¿¿ no??) Sepultureros, una carroza real de la cochería Pedro Peruhil de Avellaneda, con gente de negro midiendo a las personas y otros con palas... ¡Los milicos de la época los esperaron y metieron en cana! Sin palabras… Un inodoro gigante… También levantaban los cables; con una leyenda que decía "Sr. Juez". Un aerosol Raid y un mosquito... Etcétera, etcétera…” Y continúa: "Mi viejo repara los botes que cruzan el Riachuelo con La Boca. Yo nací acá; la verdad podría irme a otro lado pero el conventillo es mas fuerte... Y desde 1892, en que vino mi bisabuelo, la historia pasó por aquí. El trabajaba en una empresa de la época, Mihanovich. Después, mi abuelo y mi viejo en Dodero, siempre en el rubro naval. Un tío mío salió disfrazado de funebrero, otro primo de jubilado; de este me parece que de casualdidad me quedó la foto... Adelante, como abriendo paso, se llevaba una maqueta grande del puente viejo, el negro. Ese puente lo había hecho el Negro Medina, amigo de mi viejo. Tenía unas ruedas y lo llevaban un par de disfrazados de Vialidad Nacional. Ahí me acuerdo de un amigo, Ricardo Lizarraga, que tuvo el privilegio de llevarlo. El palco estaba en la plaza José Hernández; ahí se juntaba toda la gente, esperando que pasaran. De ahí se perdían porque cruzaban a La Boca; yo era muy chico para seguirlos. Estaba pensando que podría filmar la calle por donde pasaba ya que esta todo bastante igual. ¡Acá no pasa el tiempo, ja ja ja! Nombres importantes en la comparsa: Cicconi, era como el jefe; Suale, era el director musical..."



miércoles, 30 de diciembre de 2009



DE LA COMO SALGA A LOS INDOMABLES
EL HECHIZO DE LA MEMORIA COLECTIVA
La hebra que no se corta

"...por eso quiero gritar: “¡¡¡Yo la vi!!!” con ojos de niña pequeñita..."
Graciela Zavala

"En el Grupo Dale Murga la manera de hacer historia desde lo pequeño,
lo anónimo, lo subyugado, permite, por un lado, el registro de la identidad
silenciada, suprimida o simplemente olvidada por subalterna, por no oficial,
mientras que, por otro, abre la posibilidad de pensar la tradición como una
herencia no por tal acumulable sino radicalmente ambigua en su valor, en
permanente disputa por su apropiación. La reconstrucción de la memoria
colectiva no es tarea sencilla. Pero aun en la dificultad, las tramas pueden
volver a tejerse gracias a la voluntad de poner en común lo que todavía
hay para arrancarle al silencio. En lo que aquí nos compete, agrupaciones
tales como las murgas o las comparsas y grupos humorísticos conformadas por
el pueblo mismo reconfiguran y reacomodan un saber y un hacer de antaño que
se crea y se recrea al margen de las instituciones, participando de la fiesta
popular por excelencia: el carnaval."




Con los testimonios y aportes de:
Gustavo Maldarelli
Graciela Zavala
Coco Romero
Alfredo Armando Aguirre
Javier Nascone
Fiorella Romanelli
Pupita La Mocuda
Osvaldo Battipaglia






Gustavo “El Maestro” Maldarelli del Centro Murga Los Dichosos de Villa Crespo expresa: “¡Carnavales eran los de antes! Recuerdos... Agrupación Humorística Los Nenes de Suárez y Caboto, Agrupación Humorística Coral y Musical Los Linyeras, Y Esto Qué Es… Verdurita, Bar Oriente, Juventud Yacarino, La Barra de la Grasería, Los Débiles de La Boca, Los Amantes a la Castaña, Los Discípulos de Los Amantes a la Castaña, El Trapito, La Marina, Los Xeneizes, Los Angeles de los Xeneizes, Como Salga, Los Halcones de Sarandí, Agrupación Unión Boquense… ¡Y cuántas más! ¡Viva el carnaval! ¡Qué unos pocos no lo maten! Soy Gustavo de Los Dichosos de Villa Crespo pero el corazón en la Agrupación Humorística Los Nenes de Suárez y Caboto. ¡Podrán imitarnos pero igualarnos, jamás!”
Escribe Graciela “La Torda” Zavala del Centro Murga Los Pitucos de Villa del Parque y Devoto: “Cuando yo era chica – nací en 1954 – era muy común el dicho “… Y QUE SALGA COMO SALGA”. Era un latiguillo semántico, una manera de decir muy frecuentemente utilizada para cualquier cosa… Si uno cocinaba y no tenía mucho tiempo decía: “Y bueh, ¡qué los fideos salgan como salgan!” Si uno armaba una reunión y faltaban sillas o vasos se decía: “Y… ¡Qué salga como salga!” Y así muchas cosas que recuerdo en este momento. ¿Viene de ahí? ¿De dónde? A ver… Los que nos cuentan la historia…”
Contesta Gustavo “El Maestro”: “En realidad no sé si viene de ahí. (Yo soy de 1962) Pero sí sé que salían de la Isla Maciel y era una agrupación SENSACIONAL. Algunos recuerdos de entre 1970 y 1972: EL PUENTE Y EL BOTERO, HOTEL ALOJAMIENTO, EL INODORO Y EL QUE SE IBA A LA M... LOS TRABAJADORES DE LUZ Y FUERZA... Sé que no te aclaro lo que quisieras saber pero me parece que los recuerdos valen.”
Cuenta Alfredo Armando “Cholo” Aguirre: “En el recordatorio de las grandes murgas comparsas de antaño (eso de la diferencia no sé cuando arrancó) Gustavo menciona a la Como Salga. Allá por mediados de la década de 1950 - esto ya lo comenté en algún escrito - (1) teníamos, los pibes del barrio en mi Ensenada, un punto de reunión en la distribuidora de cerveza de Cordone. Allí venia el "Rengo" Cano. No me parece que pasara de los treinta pero nos embelesaba con sus relatos de grandes murgas. Para él eran las de la Boca. Y mencionaba a la Como Salga, que en realidad era una agrupación de vecinos que salían cada uno con el instrumento que sabían tocar y disfrazados o no. Ahora Gustavo más de medio siglo después vuelve a mencionar a la Como Salga. O tempora o mores…”
Osvaldo Battipaglia de Los Dandys de Boedo comenta: “Yo conocí un botero… Era un señor uruguayo y se llamaba Goldoy. Lo conocí viejito, ya retirado… “¡A ver si alguien se acuerda de algunas de estas! Los Locos del Cuarto Piso; Los Amantes de las Pebetas; Los Dandys; Los Desparramados Unidos…”
Y responde Gustavo “El Maestro”: “Los boteros siguen estando y cuando cuento del botero era todo una estructura. No sé qué edad tenés pero si recordás las que nombrás, debés conocer a las que yo recuerdo, que son del 30 (porque he tenido varios encuentros con el Sr. Oreste Vaggi, ya fallecido y gran conocedor de los carnavales) o más viejas, y el resto de la década del 40 en adelante, y en definitiva todo es MURGA.”
Este es el testimonio de Javier “Javi Cachenguero” Nascone de la murga Cachengue y Sudor: ¡Hola! ¿Cómo anda el Gentío Murguero? Les cuento que con varios compas de Cachengue, Herederos y Mandinga estamos laburando en distintos barrios de Avellaneda con adolescentes. Nuestra principal herramienta para la inclusión social es (entre otras) la murga, claro. Es muy largo de contar todas las actividades que realizamos así que nos centraremos en un solo barrio La Isla Maciel y en una de las actividades, la murga. Todo comenzó con un taller en el convento del cura Paco, cura villero que compartiera con Mugica y otros, grandes luchas en épocas pasadas. Este taller de murga con algunos adolescentes, que comenzara en Junio del año pasado, fue creciendo para convertirse en lo que es hoy una murga. Una murga que ensaya dos y tres veces por semana, que se llama Los Indomables de La Isla y cuyos sus colores son rojo, verde, negro y blanco. Ustedes se preguntarán que tienen que ver Los Indomables con La Como Salga… Tiene que ver y mucho... La mayoría de los pibes que hoy conforman Los Indomables, son sobrinos, nietos, hijos o parientes de algún integrante de lo que fue La Como Salga... Hay muchas anécdotas en La Isla y muchas versiones encontradas. Ahora, eso sí, todos se acuerdan de ese murgón.... De todas las historias que transcurren en La Isla, se sabe que en época de carnavales nadie se los perdía y cuando decimos nadie es nadie; La Isla entera se avocaba al Carnaval... Se dice que alrededor de mil personas formaban parte de la Como Salga. Durante diciembre y enero se preparaban; en algunos astilleros se construían las carrozas y los muñecos gigantes... En La Cancha de San Telmo ensayaba la percusión, que tenía mezcla de murga con algo de candombe. También se dice que (al igual que ahora) no había plata ni para trajes ni para lentejuelas y era muy difícil conseguir los instrumentos con lo cual cada uno y una salía "Como Salga"... Entre los Instrumentos se podían encontrar desde clásicos bombos hasta tachos de lata golpeados con palos de escoba. Había murgueros con levitas, claro... Y abundaban los míticos "figurines". Los “figurines” representan a personajes... Estaba el preso, la novia, había uno que iba dentro de un ataúd simbolizando a un finado y el ataúd iba en una de las carrozas; había uno que es muy recordado como el loco de la longaniza. Cuentan que llevaba un sobretodo negro y debajo una longaniza de verdad atada en la cintura y hacia divertir y "asustar" al público... Esta murga era inclusiva por sobre todas las cosas y nadie quedaba afuera del carnaval. No importaba si tenías levita o un simple disfraz. No importaba si tenías bombo con platillo o tacho; si tenias zapatillas o no (muchos salían descalzos). En fin, cuentan que era una verdadera fiesta del carnaval... La Como Salga concentraba desde temprano y comenzaban a subir lentamente con toda su estructura por el puente que une la Isla con La Boca e iban desfilando por este para desembocar en el corso de La Boca. Algunos dicen que eran como mil, otros mil quinientos y otros dicen que no saben cuántos eran pero que cuando tocaba la Como Salga en la Isla no quedaba nadie... ¡Hay muchísimo para contar! Hoy, Los Indomables de La Isla intentan recuperar la esencia de lo que fue La Como Salga. Hoy La Maciel vuelve a escuchar el latido del bombo que supieron apagar por algunos años pero dónde hubo fuego cenizas quedan...”
“Querido mio qué recuerdo”, agrega Gustavo “El Maestro”. “Yo vivía en La Boca frente a la plaza Solís y desde ahí se escuchaba el sonar de los bombos. ¡Ahhh! ¡Qué importante lo que contás! COMPARSA INCLUSIVA y el que quería salir, salía disfrazado con lo que podía. Todo era bienvenido.”
Aporta Coco Romero: “Oreste Vaggi – boquense que guardó celosamente el archivo más completo de carnaval porteño publicó hacia fines de los ochenta su libro con imágenes de la Boca. Allí se pueden encontrar fotos de murgas del período que va de 1900 a 1920, que además de claras son hermosas. Y dan por tierra algunas apreciaciones. ¡Ni hablemos de todo el archivo musical – escenográfico – instrumental – disfraces – máscaras estandartes – etcétera que dejaría asombrad o a más de uno sobre la memoria del tan mentado carnaval porteño. Como Oreste falleció el archivo quedó a cuidado de sus familiares, sin acceso al público. Pero el libro se consigue en algunos lugares. (...) VIVAN LOS NENES. Los conocí allá por el año 89, cuando empecé a relevar y a trabajar sobre el carnaval en la ciudad en el área de Promoción Cultural de Buenos Aires; en 1990 organicé un evento donde cuatro grupos de carnaval aparecían por los cuatro puntos cardinales: Los Nenes venían del Sur; ese día cantó como fin de fiesta El Negro Fontova. Tal vez, Gustavo, fuiste de la partida."
Gra “La Torda” continúa: “Es maravilloso todo lo que leo… Pupita recordará uno de mis correos de hace bastante cuando rememoraba este dicho familiar: ¡Qué salga COMO SALGA! Y luego, certificar que existió una murga y que es la que yo veía de niña cuando vivía en el Doke, me emociona profundamente y por eso quiero gritar: “¡¡¡Yo la vi!!!” con ojos de niña pequeñita y quedó impregnada en mi alma tal como lo cuento en uno de mis retazos literarios que está en el blog de Dale Murga.(2) Esa Murga que yo cuento que vi es la Como Salga, con sus cabezudos y esos personajes extraños que me daban miedo y me asombraban... A los que en mi casa se les decía ¡¡¡Las Mascaritas!!! .Puedo decirles que la murga no sólo impacta en la memoria como murga en un carnaval sino que queda en lo cotidiano como una experiencia que produce una marca. Quien alguna vez de niño ha visto una de cerca nunca la olvida.”
Fiorella, “La Gitana”, de Endiablados de Villa Ortúzar dice: “Debo reconocer que al leer la historia se me puso la piel de gallina.”
Escribe Pupita La Mocuda: “A mí también, como a Fiorella, la Gitana Endiablada, me dieron escalofríos. Tanto se me puso la piel de gallina que no pude seguir leyendo el relato de Javier Nascone, el Cachenguero, más allá de sus primeras frases. Recién varios días después logré desentrañarlo en algunas de sus dimensiones. ¿Qué había causado el sacudón? La conjunción de varios planos. El relámpago, la puntada, la aparición súbita del hilo histórico – cultural desenterrado, por un lado. Por otro, no menos impresionante, la manera de ese desentierro. No solamente de que fuera a través de la pantalla de mi máquina de comunicación virtual (cuestión que hoy en día dado el avance tecnológico no asombra ya a nadie) sino el entramado vital que lo recreara y lo sigue recreando en cada voz que se suma. Porque este diálogo, como bien recuerda Graciela, comienza mucho antes de lo que parece. La remembranza colectiva empezó por lo menos un año atrás a partir de intervenciones de ella misma, de Gustavo, de Alfredo, de Osvaldo... Es este último, el querido Dandy, quien vuelve a engarzar los más recientes eslabones, con su evocación de aquellas murgas de ayer. Y así la rueda de la memoria sigue girando con agregados valiosísimos... Graciela, en su asombro de niña, ahora Pituca, el apasionado boquense de alma y corazón, Gustavo, “El Maestro”, ahora de Los Dichosos de Villa Crespo (que fue Nene de Suárez y Gaboto), Coco, con su incomparable texto de búsqueda y recopilación testimonial. Tengo ahora el líbro en mis manos y leo allí sobre la mixtura creativa del carnaval, en su apartado "La Boca siempre". (2) Y más adelante una reseña sobre la Como Salga de la Isla Maciel...(3) Y vuelvo ahora sí, con todas mis ganas, a hundirme desaforadamente en la vitalidad y sensibilidad de la narración de Javier, el Cachenguero, en su íntimo latido, que une pasado, presente y futuro. Gracias querid@s míos por todos estos momentos maravillosos.”


(1) Ver compilación de debate sobre Murgas y Carnavales de Ayer en este mismo blog. http://dalemurga.blogspot.com/search/label/Murgas%20y%20Carnavales%20de%20Ayer

(2) Romero, Coco: La murga porteña. Historia de un viaje colectivo, “La Boca Siempre”, Buenos Aires, Atuel, 2006, página 104: "En un artículo de Orlando Barone sobre Oreste Vaggi (“La Boca y sus comparsas del año 1975”) se cuenta: (…) el carnaval del treinta no miente; por la puerta de la iglesia de San Juan Evangelista salió una murga de chinitos encabezados por el párroco y compuesta por monaguillos (…). Hay una línea muy delgada que separa en el barrio de La Boca a las comparsas y murgas, las agrupaciones improvisadas como “Los Dandys” tenían elementos murgueros: criticaban, satirizaban las costumbres, parodiaban la realidad y en su percusión estaba el bombo con platillo.
Un caso de novela que Vaggi recopila es el de Arnaldo Despósito, que a los diecisiete años compuso la partitura de la murga “Tira y afloja” y salió a la calle tocando y que después, en la década del cuarenta, fue director de la orquesta sinfónica del teatro Colón y componía óperas. (…) Curiosidades como el estandarte con el nombre de la comparsa confeccionados en seda de Oriente y bordados en oro (símbolos que después recogieron las murgas modernas, explica Vaggi.)
Un canto tradicional de las murgas, herencia de la orilla boquense, fue el que entonaba algún Cocoliche: “Anyulina sí, Anyulina no”. Este estribillo lo cantaban en el camión durante el trayecto de corso a corso, algún murguista cantaba improvisando y parodiando los nombres de los presentes y la murga repetía el estribillo, por ejemplo “Anyulina toma fernet / vaya a fangulo con José”; “Anyulina como moco / vaya a fangulo con el Coco” y así todos eran nombrados como los cantos de nunca acabar."

(3) Romero, Coco: La murga porteña. Historia de un viaje colectivo, “Como Salga”, Buenos Aires, Atuel, 2006, página 165: "En febrero [de 1955] saliendo de la capital y cruzando el Riachuelo, en la Isla Maciel, se funda la Agrupación Humorística y Musical Como Salga. Durante el carnaval su secretaría estaba situada en la calle Zapiola 1530. En su décimo aniversario, la comisión tenía como presidente a José Ciccioni, además de vice, secretario, secretario de actas, tesorero, protesorero y vocales. Contaban con presidente honorario, re visores de cuentas, encargados de ornamentación. Interpretaban canciones, monólogos, marchas y tarantelas. En el carnaval 1960 cambian su sede al Café Unión y se incorporan a la comisión un asesor musical y un letrista.
La revista PBT (Alegre, Política, Deportiva) del 25 de febrero de 1955, muestra en su tapa, un dibujo de Bayón: tres murguistas deteriorados, con narices postizas, bombo con platillo y una botella sin determinar su contenido. Al pie del dibujo figura una cuarteta: “Esta murga tan raída / es la murga radical, / que anda de capa caída / de uno a otro carnaval”. La revista, órgano de propaganda peronista, ponía en esa murga dibujada la diatriba criticona al opositor.
El material de ese número reúne propaganda oficial, mezclada con fotos del juego del agua en la Costanera, niñas porteñas disfrazadas, carros infantiles. También se incluye una foto de las tradicionales murgas de entonces (aquellas nacidas en 1939) y se aprecian los elementos que sobreviven. Murguistas con levita, y birretes, camisa blanca y moño negro, los directores con galera decorada y moño, línea en el costado del pantalón, el tony y el bombo con platillo, la comisión directiva con otro diseño de ropa, banda cruzando el pecho y mangas rumberas. Iconografía: muñecones de papel maché, dados y estandarte."

Compilación y edición de Pupita La Mocuda

martes, 29 de diciembre de 2009

Mensaje de Dios Momo para el 2010 
(glosa en décimas)


 Por Pata Corbani

Comando Momo Vencerá
diciembre de 2009








Dios momo firmó el decreto

Con precisas instrucciones;

¡Qué las penas se abandonen

Y a mover el esqueleto!

Con el bombo de amuleto

 Y a tener mucha paciencia

Para el año que comienza

Es la consigna vital:

Siempre gozar carnaval

Nuestra mejor recompensa.




Con la idea un poco audaz

De cambiar el calendario

Y recorrer los cien barrios,

Predicar amor y paz,

Y desfilar al compás

Con matraca y serpentina

La libertad se adivina

En esas caras sonrientes;

Rostros que son simientes

De Pierrot y Colombina.




Nada de Nochebuenas

Ni tampoco Navidades

Que las fiestas populares,

Lo mejor pa’ quitar penas

Y romper toda cadena

Yendo por la murgasenda;

Momo nos recomienda:

Nada de enero a diciembre,

Será para aquel que siembre

En febrero, las ofrendas.




Ni pesebres ni arbolitos

Sidra, champán ni turrones;

Nada de las tradiciones

Ni seguir antiguos mitos;

Fundaremos nuevos ritos

Para dejar de estar mal.

Disfrutemos carnaval

Con el mate y unos vinos,

Quizás este sea el camino

De un festejo bacanal.




Un buen asado estará;

Wuizás alguna cerveza

Que pa´compartir la mesa

No hace falta mucho más.

Y al final recitarás

Con la voz aguardentosa

Lo mejor de aquellas glosas

Que aprendiste en las veredas

De aquella esquina cualquiera

De una pasión amorosa.








La siesta del rey Baco - Veliz Fernández










lunes, 28 de diciembre de 2009



X ENCUENTRO DE MURGAS EN
FISKE MENUCO

Comparte Maxi de Pateando contra el Viento de Zapala, Provincia del Neuquén, esta comunicación de Murgueros Unidos del Sur: “Las ganas de bailar, de estar presente a pesar de todo... Nuestra amiga murguera se nos fue, bailando, con su cara pintada... La despedida nos deja abierta la posibilidad de discusión sobre diferentes temas, sistema de salud, prensa, políticos, organización, que estamos dispuestos a debatir, en la medida en que aceptemos cuál es nuestra empatía para con los demás…



PRENSA MURGUERA


Con la cara pintada, envuelta en la bandera del X Encuentro, despedimos a nuestra amiga murguera del alma. En el momento que iniciábamos el desfile, a Claudia Cherry, de la murga Guacha proveniente del El Bolsón, le da un paro cardíaco; quienes fueron a socorrerla hicieron los pasos que se deben hacer en estos casos mientras se llamaba a una ambulancia. Desde el público presente se acercó una médica que le tomó el pulso e inmediatamente comenzó con los primeros auxilios, respiración boca a boca y los masajes cardíacos, Claudia no tenía pulso.

Cuando llegó al hospital los médicos siguieron insistiendo en reavivarla, pero ya no se podía hacer nada... Había pasado media hora desde el momento en que la ambulancia llegó al hospital... El cerebro puede aguantar tres minutos sin oxígeno, nos explicaba una enfermera... El caer de cabeza, pudo acelerar el proceso de fallecimiento. Mientras, en el desfile nos reuníamos los coordinadores de murgas para ver qué hacíamos, si suspendíamos o continuábamos; decidimos preguntarles a los compañeros de su murga Guacha, cuya respuesta fue que siguiéramos porque Claudia lo hubiese preferido así. Aunque la mayoría apoyaba esta decisión, otros no, se aceptó en continuar… El desfile fue con la incertidumbre a cuestas; no teníamos noticias de lo que había pasado y todo el mundo preguntaba. Cuando las últimas dos murgas terminaban su recorrido hacia el escenario, algunas lágrimas daban cuenta de la noticia… Claudia sufría de estos ataques desde hace años. Amaba la murga. En el momento de actuar en el escenario, el día sábado, le tocó decir una frase ya ensayada:

El día que yo me muera

Que me entierren en un bombo

Para volver hecho pueblo

Cada vez que haya kilombo.

El día lunes a las seis de la tarde terminábamos los trámites, para que pudieran trasladarla... Su madre ese día llegó temprano y la acompañamos hasta que se despidió de nosotros. Con la cara pintada, envuelta en la bandera del X Encuentro, a las cuatro de la madrugada del día martes llegaron al Galeano, del Bolsón y ahí estaban todos, esperando a nuestra diosa murguera Claudia, con los tambores a full. Y así se nos fue, entremedio del baile candombeado con su cara pintada dejándonos más unidos que nunca, esta vez en la tristeza pero también en las ganas de continuar porque la murga no se muere jamás, ni aquí ni allá, donde nos espera Claudia con su murga, para seguir bailando, para seguir cantando... Desde Fiske Menuco y con el sentimiento de todos los murgueros, acompañamos a sus familiares y amigos en este difícil momento. Un Abrazo especial a la madre de Claudia quien nos ha enseñado la fortaleza de una murguera de alma.”




Claudia Cherry, de 32 años, falleció el 6 de diciembre a las 19,15 hs en Fiske Menuco, en el marco del X Encuentro de Murgas, cuando comenzábamos el desfile.(1)




Cuenta Juan Queupan(2): “Sobre el Encuentro a nivel de gente, participación, talleres, fue uno de los mejores que pudimos organizar y generar el momento de encuentro e Intercambio. La presencia de Pantera de los Reyes del Movimiento, con su familia, Enrique Molina, en las precisiones sobre murga porteña, charla y video, la Escuela de Percusión La Chilinga, con su taller de candombe, serán momentos inolvidables, como lo sera la partida de nuestra compañera de la Murga Guacha de El Bolsón, en el momento del desfile... Todos recordaremos este Encuentro y esta despedida... Con tambores... Cerca del cielo... Recién hoy podemos sentarnos a escribir sobre lo acontecido. Queda el momento para la reflexión y el devenir... Cerca de veintidós murgas participaron de este nuevo Encuentro, de esta nueva fiesta, que nos reafirma como murgueros; con nuestra identidad... en este rincón del mundo, en la Patagonia Norte, seguimos soñando con el carnaval y la alegría. Hoy tenemos un año más de vida y tenemos nuestra primera amargura. Por la tristeza compartida y por los momentos de alegría, compartimos con ustedes las frases de la Murga Guacha del río Quemquetreu, El Bolsón, que encierra todo lo que podemos decir...

La muerte nos sigue a todos lados


Que cabeza cortará;


Igual sembremos semillas


Que algún árbol quedará.






El día que yo me muera


Que me entierren en un bombo


Para volver hecho pueblo


Cada vez que haya kilombo.






El día que yo reviva


En un baile trasnochado


Será porque dios allá arriba


Baila murga y candombeado.






Somos corso a contramano,


Un carnaval enardecido,


Un ritual desmemoriado


Que nos toca vivir.”





Escribe Pupita: “Querido Juan, compañero desde siempre en Dale Murga, cuántos sentimientos contradictorios me generan tus mensajes, que agradezco muchísimo, con las crónicas y los relatos del Encuentro. Por un lado, la tristeza al saber del fallecimiento de Claudia. ¡Qué momento duro deber haber sido para tod@s! Pero también ¡cuánta entereza! Toda mi admiración. Por el otro, están estos ¡¡¡diez años!!! de Encuentros que son un gran acontecimiento para el renacimiento de la actividad murguera y carnavalera en todo nuestro suelo. ¡Felicitaciones!”




Las murgas desplegaron colorido por Roca

Despliegue de color, ritmo y alegría en calles y plazas de Roca

ROCA (AR) - Un colorido fin de semana se vivió en las calles de esta ciudad, ya que las principales arterias se colmaron de jóvenes murgueros que, con su alegría y al ritmo de los tambores, bailaron y desfilaron por el centro de Roca.

El sábado arrancaron con la fiesta en la céntrica plaza San Martín, y el domingo cerraron el encuentro con un vistoso espectáculo y un nutrido desfile.
 
Fue el décimo Encuentro Regional de Murgas y participaron de este evento

representantes de Bahía Blanca, Plaza Huincul, Chos Malal, El Bolsón, Bariloche, Zapala, Cutral Co, Cipolletti, Neuquén, Ingeniero Huergo y Buenos Aires.

Oficiaron de anfitriones las murgas de Roca, entre ellas participaron "La Barriada Sin Fin" de las 90 Viviendas, "Palpitando Ilusiones" de la Escuela Primaria 317, y también fue de la partida el grupo "La que me parió", entre oros murgueros de la ciudad.

Toda la actividad comenzó en la tarde del sábado con la presentación de todas las murgas en la Plaza San Martín donde se montó el escenario. Hubo de todo para ver, de la mano de chicos y adolescentes, y sobre todo brillaron en la noche los vistosos trajes de colores brillantes que le dieron un toque diferente al fin de semana roquense.

Cierre con desfile

El domingo, se reunieron nuevamente los grupos para desfilar por las calles céntricas de la ciudad. El recorrido comprendió las calles Maipú, Tucumán y Avenida Roca, por lo que el tránsito estuvo cortado durante la tarde para darle paso al espectáculo de más de 20 agrupaciones murgueras.
 
El encuentro tuvo muchísima convocatoria y muchas familias de la zona se acercaron a disfrutar de la música y los festivos bailes. Tras el desfile, toda la actividad se concentró en la Plaza San Martín para despedir a todas las murgas de la región.




Encuentro regional de murgas cumple 10 años


Se realizará este fin de semana en General Roca. Llegarán murgas desde distintos puntos de la región. Se dictarán talleres vinculados con el arte murguero. El domingo será el tradicional desfile.


El Encuentro Regional de Murgas cumple su décimo año consecutivo y para celebrarlo se congregarán, en General Roca, agrupaciones murguísticas de diferentes puntos de la región, este fin de semana.

El evento, que llena de música y colores las calles de la ciudad, se
desarrollará los días 5 y 6 de diciembre. Habrá talleres vinculados al arte murguero y un desfile.

La actividad está organizada por el grupo M.U.S (Murgueros Unidos del Sur) y cuenta con el auspicio de la subsecretaria de Cultura de Río Negro y la dirección de Cultura de la municipalidad de General Roca.
 
El escenario principal estará ubicado en plaza San Martín, en donde las murgas actuarán a partir de las 19 en las dos jornadas. El día domingo a las 18 está previsto el desfile que, como ya es costumbre, se desarrollará por calle Tucumán desde desde Maipú hasta Av. Roca.

Los asistentes tendrán oportunidad de participar de talleres de "Dirección, Puesta en Escena y Dramaturgia", dictado por Enrique Molina (Bs. As.); de "Baile, Bombo con Platillo, y Murga Porteña", a cargo de "Los Reyes del Movimiento de Saavedra" (Bs. As.); de "Piano y Repique, y Candombe", por Pablo Joubert; de "Canciones Murgueras", por Jorge Leibitker de Murga Guacha; y de "Candombe", a cargo de la Escuela de Percusión "La Chilinga".

Participarán las siguientes agrupaciones de las provincias de Río Negro, Neuquén y Buenos Aires:

1."Los Mismos de Siempre" (Cervantes)


2."Traficante de Alegria" (Plaza Huincul)


3."Remontando Ilusiones" (Plaza Huincul)


4." La Yeta " (Chosmalal)


5."Antu Purrún" (Viedma)


6."Bufonada Carpokapsa" (Cipolletti)


7."Murga Guacha del Rio Quemquemtreu" (El Bolson)


8."Via Libre" (Bahía Blanca)


9."Herederos de Kazó" (Bariloche)


10."Libertad Murguera" (Ing. Huergo)


11."Cobija Sueños" (Cultral Có)


12."Piedra Libre" (Cutral Co)


13." La Que Me Parió" (General Roca)


14."As Baratas" (General Roca)


15."Quitamufa" (Neuquen)


16."Pateando Contra El Viento" (Zapala)


17."Palpitando Ilusiones" (Escuela Primaria 317, General Roca)


18."Murga la Barriada Sin Fin" (De Las 90 Viv., General Roca)


19."M.U.S.A" Ilusión, Los Galantes De Momo, Movimiento De Murgas (Neuquen)


20."Los Reyes del Movimiento de Saavedra" (Buenos Aires)


21."Escuela de Percusión La Chilinga" (Buenos Aires)


Fuente:
http://diario.rionegro.com.ar/diario/2009/12/04/1259960980.php





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(1) Ver también: http://radiomalon.blogspot.com/2009/12/comunicados-sociales-requiem-para-una.html

(2) Juan Queupan ha ido enviando al Grupo Dale Murga, invitaciones, relatos y crónicas sobre los Encuentros de Fiske Menuco a lo largo de los años.
Ver:











Todas las fotografías fueron tomadas de:
http://rocaportal.iimmgg.com/gallery/g10031736e23c64e178527de336e8618a/

Compilación y edición de Pupita La Mocuda





sábado, 26 de diciembre de 2009

Noche de Centro Murga

"...Desde Saavedra y Almagro,
Liniers y Villa Urquiza
Estas murgas se juntan
Y celebran la misa;
En esta catedral
Que es famosa en el mundo.
Sean todos bienvenidos
Aquí en el Sin Rumbo;
Estos Magos Chiflados,
Elegantes Fantoches,
Serán Reyes aquí,
Duendes por una noche..."









Con una fuerte apuesta al sostenimiento del Centro Murga como generador de identidad se llevó a cabo el sábado 28 de noviembre el espectáculo denominado Noche de Centro Murga en el mítico club Sin Rumbo del barrio de Villa Urquiza, una verdadera maratón artística que congregó a murgas porteñas de reconocidos renombre y trayectoria: Los Magos de Saavedra, Los Elegantes de Saavedra, Los Chiflados de Almagro, Los Reyes del Movimiento de Saavedra y Los Fantoches de Villa Urquiza. El comienzo estuvo dado por las palabras de bienvenida y una canción introductoria a cargo de Enrique "Quique" Molina y el cierre por un gran final por parte de todas las agrupaciones presentes. Se sumó también a lo largo de la noche la participación especial de Sole, cantante de Los Elegantes de Palermo.

Enrique "Quique" Molina se refirió al objetivo conjunto de seguir trabajando en un proyecto artístico que tiene que ver con la forma del Centro Murga, de barrio, de bombo con platillo, con un estilo - de hacer, de bailar, de cantar, de escribir - muy particular que ya tiene cerca de cien años en Buenos Aires y que se relaciona muy fuertemente con la apertura de un espacio para difundirla y mostrarla en todo su esplendor multitudinario y que conlleva una importante tarea de enseñanza.