Lisandro Barrau
Murguero de Los Cachafaces de Colegiales, asesinado el 13 de junio de 2004
Murguero de Los Cachafaces de Colegiales, asesinado el 13 de junio de 2004
Estudiante fusilado por la Policía
El pasado domingo 13 de junio, la Policía fusiló impunemente a Lisandro Barrau, un joven como cualquiera de nosotros, estudiante de 26 años que tocaba en la murga "Los Cachafaces" de Colegiales.
El pasado domingo 13 de junio, la Policía fusiló impunemente a Lisandro Barrau, un joven como cualquiera de nosotros, estudiante de 26 años que tocaba en la murga "Los Cachafaces" de Colegiales.
Esa noche cuando viajaba en su moto junto a su amigo Marcelo, un retén policial intentó interceptarlo, como todos los días le sucede a miles de jóvenes que salen a divertirse.
Al no poder frenar por la velocidad en que venían, un suboficial de la Policía Federal desenfundó su arma, le quitó el seguro, presionó el gatillo apuntando por la espalda a la nuca de Lisandro, que murió minutos después luego de que la misma policía se negara a prestarle asistencia médica.
Por otro lado, la versión del policía Matías Tarditti dice que "fue un accidente". Tiene que quedar bien claro que, semejante fusilamiento, no fue ningún accidente. Y que este no es un caso aislado, "un error" como siempre dicen. Todos los días miles de jóvenes son parados y golpeados por la Policía y existe una larga lista de casos de gatillo fácil como: Walter Bulacio, Sebastián Bordón o Carla Lacorte (una estudiante que también fue baleada por la espalda por lo que tiene que usar una silla de ruedas).
Ante la impunidad policial, se realizó una multitudinaria marcha frente a la comisaría 31a., de Cabildo al 200, blanco de la furia e indignación de amigos y vecinos.
El asesinato de Lisandro no puede quedar impune, este asesino tiene que pudrirse en la cárcel, para esto, los estudiantes y jóvenes que sufrimos la represión policial tenemos que movilizarnos y organizarnos junto a los centros de estudiantes y los organismos de derechos humanos para hacer una gran campaña que termine con la policía del gatillo fácil, empezando por encarcelar a todos los asesinos impunes.
Concentración frente a la comisaría - La murga los"Los Cachafaces" de Colegiales frente a la comisaría, con el bombo que tocaba Lisandro reclamando "Justicia para Lisandro"
"Justicia para Lisandro"
De cuando un bombo quedó huérfano
Crónica del asesinato de Lisandro Barrau Siendo las 19:45 todas las voces se acallaron y la emoción reinó en la calle Cabildo al 200. Un grupo de bombos se acercó a las puertas de la comisaría 31 haciendo sonar una murga, pero era una murga distinta. Había un bombo que estaba solo, tenía una foto pegada que gritaba "Justicia" y no se dejaba tocar por nadie, hubo alguien que se encargó de que el responsable de tocarlo ayer a la noche no haya estado. Marcelo Tedesco iba caminando por Nicaragua y Bonpland buscando a su amigo Lisandro para irse a bailar. En esa esquina un policía lo paró y, de muy mala manera, le pidió documentos y lo palpó contra la pared - escena que pensábamos había dejado de existir junto con los edictos policiales, pero parece que la institución policial ya se adelanta al nuevo Código de Convivencia-. Siguió caminando un par de cuadras hasta que se encontró con Lisandro que iba en su moto, se subió y encararon nuevamente a esa esquina asesina. Unos metros antes de llegar a la esquina, 3 policías les salieron al paso. Mientras Lisandro intentaba una maniobra para no atropellarlos y mientras iba frenando sintió primero un manotazo que lo intentó tirar de la moto y luego un tiro que logró finalmente ese cometido. Matías Tarditti es el nombre del policía que nos hizo recordar las peores épocas de la represión pidiendo documentos sin ningún tipo de argumento, y él mismo fue quien apretó el gatillo del arma que terminó con la vida de Lisandro. Lamentablemente no sabemos los nombres de los otros dos que, no solo interrumpieron el paso de la moto, sino que luego del asesinato no quisieron llamar a una ambulancia ni llevar a Lisandro al hospital. Alrededor de las 20:00 apareció en una esquina, sin ser visto por los medios, el hermano de Lisandro, Manuel con quién no solo comparto el barrio sino que también compartí varios vestuarios en Club Atlético Banco Nación. Por alguna razón, que todavía no puedo descifrar, no pude acercarme, no pude decirle nada, ni siquiera saludarlo. Será que hace mucho tiempo que no lo veía y, por ahí, este tipo de situaciones no están echas para reencuentros. La murga iba acallando sus sonidos cuando el cinismo policial se hizo presente por segunda vez en el día. La primera había sido a las 8 de la mañana cuando la misma comisaría 31 puso un retén de control a nada mas que cuatro cuadras de la casa de Lisandro. Ésta, la segunda, empezó cuando un policía se subió al techo de la comisaría destrozada el día anterior para filmar a los manifestantes. Una provocación absoluta merecedora de huevazos y piedrasos que, lamentablemente, no lograron mover a ese soldadito que obedecía la orden debidamente. En ese momento entraron a la comisaría la madre de Mariano Wittis y dos de las madres de los chicos asesinados en Floresta para exigirle al comisario que deje de filmar. Afuera quedaron el padre de Sebastián Bordón y otras madres y padres que acompañaban el dolor de amigos y familiares. Estaban los que tenían que estar, los amigos de la murga, los amigos de Excursionistas, los vecinos de Colegiales, los vecinos de Palermo, los familiares de victimas del gatillo fácil, y todos los que queremos que esta policía cómplice de la ida de los 30.000, no se siga llevando más, como algún grito recordó, de los 2000 que ya se llevó en estos años de democracia.
Crónica del asesinato de Lisandro Barrau Siendo las 19:45 todas las voces se acallaron y la emoción reinó en la calle Cabildo al 200. Un grupo de bombos se acercó a las puertas de la comisaría 31 haciendo sonar una murga, pero era una murga distinta. Había un bombo que estaba solo, tenía una foto pegada que gritaba "Justicia" y no se dejaba tocar por nadie, hubo alguien que se encargó de que el responsable de tocarlo ayer a la noche no haya estado. Marcelo Tedesco iba caminando por Nicaragua y Bonpland buscando a su amigo Lisandro para irse a bailar. En esa esquina un policía lo paró y, de muy mala manera, le pidió documentos y lo palpó contra la pared - escena que pensábamos había dejado de existir junto con los edictos policiales, pero parece que la institución policial ya se adelanta al nuevo Código de Convivencia-. Siguió caminando un par de cuadras hasta que se encontró con Lisandro que iba en su moto, se subió y encararon nuevamente a esa esquina asesina. Unos metros antes de llegar a la esquina, 3 policías les salieron al paso. Mientras Lisandro intentaba una maniobra para no atropellarlos y mientras iba frenando sintió primero un manotazo que lo intentó tirar de la moto y luego un tiro que logró finalmente ese cometido. Matías Tarditti es el nombre del policía que nos hizo recordar las peores épocas de la represión pidiendo documentos sin ningún tipo de argumento, y él mismo fue quien apretó el gatillo del arma que terminó con la vida de Lisandro. Lamentablemente no sabemos los nombres de los otros dos que, no solo interrumpieron el paso de la moto, sino que luego del asesinato no quisieron llamar a una ambulancia ni llevar a Lisandro al hospital. Alrededor de las 20:00 apareció en una esquina, sin ser visto por los medios, el hermano de Lisandro, Manuel con quién no solo comparto el barrio sino que también compartí varios vestuarios en Club Atlético Banco Nación. Por alguna razón, que todavía no puedo descifrar, no pude acercarme, no pude decirle nada, ni siquiera saludarlo. Será que hace mucho tiempo que no lo veía y, por ahí, este tipo de situaciones no están echas para reencuentros. La murga iba acallando sus sonidos cuando el cinismo policial se hizo presente por segunda vez en el día. La primera había sido a las 8 de la mañana cuando la misma comisaría 31 puso un retén de control a nada mas que cuatro cuadras de la casa de Lisandro. Ésta, la segunda, empezó cuando un policía se subió al techo de la comisaría destrozada el día anterior para filmar a los manifestantes. Una provocación absoluta merecedora de huevazos y piedrasos que, lamentablemente, no lograron mover a ese soldadito que obedecía la orden debidamente. En ese momento entraron a la comisaría la madre de Mariano Wittis y dos de las madres de los chicos asesinados en Floresta para exigirle al comisario que deje de filmar. Afuera quedaron el padre de Sebastián Bordón y otras madres y padres que acompañaban el dolor de amigos y familiares. Estaban los que tenían que estar, los amigos de la murga, los amigos de Excursionistas, los vecinos de Colegiales, los vecinos de Palermo, los familiares de victimas del gatillo fácil, y todos los que queremos que esta policía cómplice de la ida de los 30.000, no se siga llevando más, como algún grito recordó, de los 2000 que ya se llevó en estos años de democracia.
Rosario - Martes 15 de junio de 2004
CLAMOR DE JUSTICIA POR EL CRIMEN DE LISANDRO BARRAU, BALEADO EL DOMINGO POR UN POLICÍA
Piedras y huevos contra una seccional de Palermo Familiares de víctimas de gatillo fácil acompañaron la protesta. Matías Tarditi, el policía de la Federal acusado de matar a Lisandro Barrau antenoche en el barrio porteño de Palermo, dijo ayer que no quiso disparar y que el hecho fue un "accidente". Así lo expresó durante la declaración indagatoria realizada ayer ante el juez Ricardo Warley. Tras cumplir con el trámite, el efectivo quedó detenido. En tanto, familiares, amigos y vecinos de Barrau reclamaban justicia frente a la comisaría 31ª, donde arrojaron pintura negra y huevos y dejaron velas encendidas en señal de luto. El momento de mayor tensión ocurrió cuando los manifestantes descubrieron que desde la terraza de la seccional los estaban grabando en video, por lo que comenzaron a arrojarle huevos y piedras al efectivo que los filmaba. La División Videos de la Policía Federal había instalado ayer al mediodía una antena en el techo de la comisaría, por lo que los jóvenes sospecharon que estaban siendo transmitidos en directo a alguna dependencia policial. La protesta por el crimen del estudiante comenzó con la presencia de la murga Los Cachafaces de Colegiales, a la que pertenecía Lisandro, y luego llegaron más de 200 personas. Para finalizar el acto, padres de víctimas de la violencia policial, entre ellos los de los chicos de Floresta, de Sebastián Bordón y de Ezequiel Demonty, se tomaron de las manos junto al defensor del Pueblo adjunto porteño, Gustavo Lesbegueris, y cantaron el Himno Nacional.
El crimen
El policía, quien se desempañaba en la comisaría 31ª desde diciembre de 2003 y hacía solo un año que formaba parte de la Federal, fue puesto además en disponibilidad preventiva por la fuerza.Tarditi está acusado del homicidio del estudiante y miembro de una murga de Colegiales cometido en la madrugada del domingo, cuando el joven se trasladaba en una moto con un amigo por el cruce de Bonpland y Guatemala.Ayer por la mañana, Marcelo Guadagno, el chico que iba en la moto con Lisandro, habló sobre lo ocurrido. Y dijo que, a su entender, el agente que les disparó "estaba muy sacado, como si estuviera drogado".Guadagno, de 22 años, contó que antes de encontrarse con Lisandro había ido a un bar de Palermo para buscar a otro amigo. Y que el policía Tarditi, detenido por el caso, lo paró, le pidió documentos y lo palpó de armas. "Me trató muy mal. Estaba medio sacado, parecía drogado. Y cuando vio que yo no tenía nada, se fue", reveló el joven.
El joven aseguró que después fue a otro bar. Y que luego lo pasó a buscar Lisandro con su moto. Tenían pensado ir a bailar. Minutos después, llegó la tragedia. "Tres policías se pusieron en el medio de la calle, cortándonos el paso; no llegamos a sobrepasarlos, cuando llegamos a donde estaban ellos (en la esquina de Bonpland y Nicaragua) se nos arrojaron encima, tirándonos la moto. Y ahí se escuchó el disparo", precisó. Guadagno dijo que después del hecho, Tarditi, a quien identificó como el autor del disparo, "se agarraba la cabeza". Pero afirmó que ni él ni los otros dos policías que lo acompañaban quisieron llamar a una ambulancia. Y que incluso, le negaron un celular para solicitar auxilio. "Ninguno me vino a ayudar. Y después llamaron a una ambulancia diciendo que había sido un choque y no un disparo de arma de fuego", afirmó.
Según Marcelo, el balazo "vino desde atrás". Sin embargo, no quiso especular sobre por qué se efectuó el disparo. "No sé si se le escapó, supongo que no porque un policía el arma la sabe usar", afirmó. Y aseguró que el efectivo en ningún momento dijo que se le "había escapado" un tiro.
tiene que haber justicia a mano propia por lo que le hicieron al pobre chicho sin ningún motivo alguno de haber lo matado ese "policia" tiene que estar bien muerto la justicia de hoy no es como la de antes
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