martes, 14 de abril de 2009


LA ESCENA TEATRAL Y LA ESCENA ANTROPOLÓGICA: ARIEL PRAT EN LA PLATA. (Una pequeña crónica que les debo)

Por Graciela Serra[i]

Hace apenas veintisiete años, nació en Copenhague, Dinamarca, creada por mi maestro italiano Eugenio Barba y su afamadísimo grupo ODIN TEATRET, una primera explicación de lo que nosotros, los teatrantes universales deseábamos fundamentar: fue denominada Escuela Internacional de Antropología Teatral y se escribió desde la práctica reuniendo los cinco continentes y todas sus raíces y sus fuentes. Un trabajo delicado por lo frondoso y muy cuestionadocientíficamente por lo audaz, extremo en los conceptos, y fuertísimo a la hora de definir cuál es una reacción humana y cuál es otra reacción que pareciera ser dentro del mismo sentido. La fundamentación de tan renovadora especialidad antropológica, radica en que es la única ciencia que explica desde los escenarios y los continentes, qué significa la actuación, qué significa el hombre en actitud de actuar. Se profundiza en las actitudes humanas durante la actuación, sea esta cual fuere: también nos debemos a los orígenes de todas las formas de violencia, y muchísimo más calidamente, a todas las formas de nacer y crecer, sin violencia. Los humanos acercamos a los escenarios esto que somos: "Todos somos actores" y lo resolvió la historia hace más de tres mil años, y jamás se equivocó. En elacto y/o acción de presentarse como un "otro", el actuante se define "persona" yen esta persona se presenta con su característica inconsciente, vale decir, sededica a bailar más o menos complicadamente, a decir textos, más o menos complicados, y se dedica a cantar, por ejemplo, de acuerdo a como haya sidodotado genéticamente. Y para que en cada de uno de ustedes, foreutas de Dale Murga,
[ii] la confianza sea acrecentada y se defina fiel, la Antropología Teatral es una ciencia afín a los especialistas en teatro-danza-música, una trilogía oriental que nosotros los occidentales no abandonaremos nunca, en tanto la raíz clásica de todos los orígenes comenzó allí. Uno de ustedes, Diego Robacio, acercó a este foro no hace mucho tiempo un enorme e histórico texto referido a la historia de nuestro teatro nacional.[iii] Me emocionó muchísimo este interés por definir lugares, nombres de gigantes actores, historizar y olvidarse en el momento de hacerlo, de que este foro es exclusivamente "murguero". Qué deseo decir con esto: queda limitado a más y más sapiencia, y a más y más posibilidades de crecimiento.

Siempre sostuve y no soy la única, desde los años setenta, que somos todos juntos. El teatro no se separa de la murga. Y sigo escuchando que todo es distinto, quenada se parece a nada, hasta que salta una verdad terrible, dramática,agobiante, imposible de encasillar, muy contundente, hermana de la teatralidaduniversal, también hermana de la inteligencia del training del actor donde tantotiempo me refugio, y muy hecha para que el espectador concentrado la cuestione,como el mejor crítico de sala, la disfrute desde una sabiduría, y también, lacuelgue de los estandartes ya no de una murga, sino de la historia que debemos escribir. Creo haber dicho hace dos días que no consentiré jamás que se me ataque desde un escenario y muchísimo menos desde abajo del mismo, porque aprendí que un fotógrafo teatral actúa a la par del primer actor y de sus compañeros. Es la primera y única función que cumple tamaña definición de fotografía. Y sé también que es una especialidad solamente de teatristas.
Meditando, especialmente acompañada con las palabras de ARIEL PRAT, este amanecer comprendí que la espectacularidad, vale decir, el espectáculo llevado a la totalidad de la sala, compromete exactamente en el medio de la tragedia (la tragedia ocurre cuando todos están en estallidos de alegría, en pleno sudor de carnes, allí la persona contiene dentro suyo el drama que lo acompaña) la implosión interna que le hace sostenerse desde el ritual del primer actor. Es decir, todos tenemos muchísimas ganas de que el murguero cante, y jamás vamos a saber cuáles son estas ganas que están sosteniendo el deseo de que el murguero cante.

Un ejemplo de silencio en este hecho tan preciso se llama en Antropología Teatral "el espectador frío", una definición que está midiendo en qué milésima de segundo aquel ritual volcánico estallará o no. ¿Estallará? Y en el instanteen que estalla, por ejemplo, este silencio interior, "frío", se transforma en unaexplosión de danza, arranques de la voz, sonidos guturales, explosiones yoicasmilitares en tanto los militares odian todas las expresiones posibles de amorsobre todo si son de escenario. Y el único sostén que todas estas explosionesdel "yo" tienen como apoyo, es el actor desnudo, expuesto, entregado y casisiempre, muy cansado. Es loable definir acá, que jamás los espectadores escuchan ni piensan en el cansancio del actor, del actor-músico-bailarín. Siempre necesitan más, jamás nada les alcanza, y este ritual demandante recibe también un nombre en estudios teatrales: "El espectador frío, gélido". Esto debe ser correctamente explicado. La motilidad, el movimiento muscular, la acción de la voz, no lo hace mejor amante. Quizás oculte dentro suyo a un gran traidor, y no lo estemos sabiendo.


Explicar al lado de una enorme función de teatro y música qué es lo que acompaña los textos y las melodías de PRAT al menos en su ingreso a mi ciudad y a la quele debo el trabajo que desarrollo, es harto difícil. En los espacios del actor, pareciera sencillo definir quién lo es y quien no lo es. Ahora es así, todo de fácil y es así de especulador el comercio, como dicen los actores comerciales. Lo mismo vale en la música, en tanto los músicos suben a los escenarios a "actuar" desde un intelecto entrenado para tal cosa, y jamás es diferente. Sin embargo, el espectáculo de Ariel Prat nace desde una actuación de infancia. Ha explicado demasiado ya que nació con esa levita puesta y en todo se le nota el arraigo genético. Y me gustaría decir también, que lo que marca genéticamente la "estampa", la corporalidad, es aquella memoria primal adherida, adquirida, copiada, y elegida para ser representada en todos los casos hacia los demás. Voy a referirme a la voz, porque me lo imaginaba menos natural, más coplero de la calle, y encontré una masculinidad extraña, ya potenciada por una vida en otro país, donde los arrastres castizos y el porte de la campiña castellana le han ganado potencialmente y lo marcan con una muy severa presencia escénica. Los actores solemos llamarle "miedo y frío" a este primer instante, estos infinitos segundos, desde donde nunca sabemos hacia qué lugar partirá en su próxima acción el actuante.Vestido como si de la Andalucía amarga hubiese llegado, aquella de la que tantohablaba Salvador Távora, y cortanto el aire con una voz que muy bien puede cantar todas las canciones de Caracol, Lole y Manuel, y también Luís Llach, plantó el pañuelo rosado con brillantes en el medio del escenario y definió: -"Señores... Esto es nuestro". Cuando todo está preparado para lo emocional, la técnica gana los segundos de la tranquilidad, una tranquilidad que PRAT maneja con la precisión de los grandes decantados, estos privilegiados que no sedescontrolan jamás, y dentro de los controles, salta pasos de murga porteña, yaraña con sus manos la próxima acción del combate que librará un sonido."Tripa" Bonfiglio y Campoliete son dos serios guardianes de la primera fila demúsicos. Y Carballo y Buazzo se han unido para permanecer ya en una junta de aseveraciones que traen las armonías de los tambores japoneses y cierta honda tristeza de los músicos balineses. Gachi Soler sale de la media por ser la única chica de la formación y, como tal, se gana todo el espectáculo como única y de plena simpatía. De Juan Subirá me cuesta muchísimo hablar porque aún no he escrito sobre él lo suficiente. Dulce de melodías y dulce de presencia escénica, acompañó todo el espectáculo detrás de un inmenso piano de cola presidido por la muy exquisita bandera argentina con el dorado sol justo al medio de su teclado. Me prohibieron esta foto. Ya me voy a vengar. Es poco decir de sí mismo. Sale siempre mejor escucharle siempre y rendirle tributos a su música.

Especificando la muy especial fuerza con que ARIEL PRAT llega a escena en una segunda entrada vistiendo su muy brillante levita verde y unos enormes guantesblancos que se roban toda su actuación, los guantes se lo llevan a él y le ganansiempre, subí muchos cambios, todos, en tanto su comportamiento abandonó lacalidad de caballero de smoking que le sienta muy bien y nació este patán debarrio que jamás dejó de abandonar al otro, de modo que por donde quisiera yopasearme la emoción me desbordó, y no pude en ningún momento abandonar laobservación de la fuerza de sus temibles manos, la dramática de sus sílabasatragantadas, el paseo duro y calzado de un Buenos Aires amargo y marginal, eldolor de los perdidos amores flotando en cada puño blanco, los gestos trágicosen todo paso escénico que siempre resolvió en silencio. ARIEL PRAT produce silencios que dan temor, y de cada silencio salta otra mínima crisis en clave de melancolía, y en cada clave de melancolía, salían de mis vacíos de ausencia, depresiva ausencia de tantos miles, cientos de miles de muertos más ydesaparecidos, otra lágrima mía más. La creciente fuerza dramática de PRAT estan avasallante que produce temor. Y si un esfuerzo en elegir debiese yoresolver nuevamente, siempre elegiré este músico-actor pensante, este que memete miedo, aquel miedo del que Eugenio Barba, o quizás también nuestroargentino Juan Carlos Gené, siempre me convocaron a sentir: "Al teatro nuncaentres desprevenida. Porque un excelente actor, podría asesinarte, con sólo dirigirte una mirada, o una palabra".

Compilación y edición a cargo de Pupita La Mocuda.
Acompañan el texto tres fotografías de la autoría de Graciela Serra y pertenecientes a la Serie Hechiceros.

[i] Comunicación enviada al grupo Dale Murga. GRACIELA SERRA - PROYECTO AZUL. Investigación Teatral y Vanguardia - Antropología Teatral - Género Mujer Y Teatro Experimental - Educación por el Movimiento - Formación del Actor – Fotografía Teatral, CITY BELL. LA PLATA. Argentina. TE: 54-0221-480-3991
E-Mail: correo@proyectoazul.com.ar
[ii] Se refiere a los integrantes del Grupo ¡Dale Murga! y a los debates e intercambios que allí se producen.
[iii] Ver: http://ar.groups.yahoo.com/group/dalemurga/message/9730
ENTRE NOCHES Y MARZO, PASE LA NOCHE CON ARIEL PRAT
Por Graciela Serra
Pasea. No seduce, enamora. Y para peor, es carísimo acercarse a él. Los secretarios del poder le tienen miedo. Le dicen "PRAT". Y como es lógico temerle, lo hieren prohibiendole el permiso.Yo de rojo y pintada en amarillo y violeta, negro a los lentes de mi cámara, lo pasé mal. No sabía que erotizaba tanto la poética. Lo hice mi hechizo y le tiré la desordenada manera mía de pasar por adelante de los irreverentes de la armonía, los que todo lo que tocan matan, hiciste una elegía, Eduardo Galeano.
El tipo ideal para mis necesidades crónicas de vivir una vida de novela. Canción por canción murgueras.La manera de ver es una manera mía de continuar en la caminata de la misma investigación teatral de cornisa en un país de miseria. La voz de ARIEL PRAT viene de alguna telenovela. Y seducida, lo pongo a temblar en mis recuerdos de cine y tranco largo, algunos actores latinoamericanos caminan aún así.En las manos le clavé los ojos y le advertí ya quisiera yo ser tus pasos de murga. Las aliviana y las aventa, las coloca torcidas y las mueve, parece distribuidor africano del amor de La Habana Vieja, Cuba, otro de mis milagros nacido vivo en el Caribe Blues.Te acordás Mario Benedetti de los Poemas de Otros,aquellos que decían por la calle, codo a codo, somos mucho más que dos.Y de sus terribles amenazantes manos de carnaval y ceniza jamás me fui aunque parezca que amanecí sola y sin sus brazos. Estábamos en el palacio municipal llamado Teatro del Auditorium en el momento justo de una de las mejores representaciones teatrales que aborda mi ciudad cuando necesita crecimiento interno. Ariel Prat, Negro y Murguero y los magníficos ojos de Juan Subirá. En todo caso, mencionaré sus ojos. No más se los ví y me parece todavía que me los clavé en el pecho.Dos palomas de la paz siempre dibujadas vuelan hoy en dos manos enguantadas de blanco de las mismas blancas plumas de las libertades de pueblos. Teatro Irrumpe de Cuba, buenos días, Teatro del Escambray de Santa Clara, hola como estás, y María Inés Martiatu Therry, llegando estoy de nuevo a tus claros africanos ritmos negros de color negro. El Vedado, La Habana, y Santa Casa de las Américas que lejos mío hoy.
Dibuja ARIEL PRAT continuamente una sudoración teatral magistral pero no hallo en la sala los contingentes de actores que aplaudan de pie solamente para aprender de ésto. Ni solamente por ello y para verlo. Me estremezco de clausuras otra vez, cuando una murga canta y amenaza con el próximo abrazo soy una aventurera libre que clava agujas sobre el mismo apagadísimo impertitente teatro y se vuelve a ir a otras mejores búsquedas. Arriba los redobles de tambores por este buen amigo reconocido por este país como un ciudadano de honor.Está bueno conseguir tus banderas, Ariel Prat, ablandarse y brincarlas, sale de una porque sí hablar como vos y darle un poco de manija al tango. Y a la que te criaste por esto de las manos de mandinga de andar perdiéndolo todo en un país ya sin margaritas.Dale Jaime Roos, cantá siempre parece mentira las cosas que veo, que veo, que veo, por las calles de Montevideo.Se sienta por alrededor de una banqueta enorme, copa de vino, sudaca amaneciendo hoy en Zaragoza, cosas que tiene la españolidad y se le notan. Ya camina como si bailara flamenco.La pañoleta violácea me peturbó, gracias Pacha, gracias Tavi Antón, hola Coco Romero raigambre porteña del ton y son.Le puse cansancio a la visita, duele fotografiar la propia africanía en La Plata y reduje mi ansiedad a los mínimos de los fracasos. Salí bailando cosas de negros. Criollas.Canta para enroscar una fracción de acciones de actor cada minuto, es parecido a Goyeneche, frasea y siente, pausas largas, silencios eternos, y piensa, luego anda y canta, canta y versea.Toca a los espectadores cuando mira y desparrama estas personalidades todas suyas desde donde arranca otra vez esta proclama de los mil personajes que lleva adentro. Excelente bailarín sos hasta siempre Prat.
"Deben ser los gorilas deben ser/ que andarán por ahí,/deben ser los gorilas deben ser/...que andarán por ahí", tenía ritmo de foxtrot y la música es siempre de otro. Me la enseñó mi padre.
Graciela Serra. City Bell.
La Plata.
Argentina.

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