DEBATES
IX Encuentro Nacional de Murgas
Miles de murgueros coparon Suardi
IX Encuentro Nacional de Murgas
Miles de murgueros coparon Suardi
28/8/2008
Por Julián Asiner
Fuente: Web del Partido Obrero
Por Julián Asiner
Fuente: Web del Partido Obrero
http://www.po.org.ar/node/15591
Del 16 al 18 de agosto tuvo lugar en Suardi (una pequeña localidad del norte santafesino) el IX Encuentro Nacional de Murgas. Participaron alrededor de 2.000 murgueros del Movimiento Nacional de Murgas, provenientes de más de cien comparsas de todo el país, que se organizaron para viajar desde las provincias de Buenos Aires, Mendoza, Córdoba, Jujuy, Entre Ríos, varias ciudades santafesinas y también desde la Patagonia (Clarín, 18/8). Quizás uno de los datos más importantes del encuentro haya sido su composición social: jóvenes trabajadores, estudiantes y de los barrios con un promedio de edad entre los veinte y los treinta años. Significa que una nueva generación de murgueros ha tomado en sus manos los estandartes del carnaval y de la cultura popular y ha comenzado a andar su propio camino.
La murga: un espacio en disputa
En los últimos años, y particularmente de la rebelión popular de 2001, las murgas se han ido recomponiendo de lo que, durante el período de la última dictadura militar, había sido prácticamente su desaparición como género popular. Se estima que hoy en día las murgas agrupan a más de 20.000 personas.
En los barrios, las murgas ofrecen un canal de expresión para los vecinos y compiten con las otras opciones que el sistema organiza para sus ratos libres: la Iglesia, la televisión, las drogas. En oposición a la degradación y a la descomposición social capitalista, muchas veces las murgas funcionan como un espacio de expresión cultural, confraternización, organización y lucha. De esto pueden dar cuenta los pibes del Polo, que a través de los proyectos adolescentes organizan comparsas a lo largo de todo el país.
Sin embargo, la murga no es nada por sí misma y como todo está influida por las contradicciones de su medio social. Muchas veces están lejos de ser un canal liberador. Es lo que pasa en Capital Federal con las murgas "tradicionales" manejadas por los "viejos" punteros políticos y por las barras bravas, que viven del financiamiento de la caja municipal. Esta alianza está al servicio de la comercialización del carnaval porteño y de su transformación en un espectáculo ordenado e inofensivo. El presupuesto para el carnaval se distribuye según una "evaluación" que, entre otros puntos, juzga el contenido de las letras de las canciones, a partir de los criterios de un "jurado", claramente influido por los gobiernos municipales. Se busca doblegar el carácter históricamente rebelde, callejero, desenfrenado y contestatario del carnaval.
En oposición a todo esto que se levanta la "nueva" generación de Suardi.
Límites
La convocatoria, sin embargo, no fue aprovechada en su potencialidad. Si bien las murgas sufren todos los días la censura y la represión del Estado (particularmente en el conurbano bonaerense donde las condiciones distan mucho de las de Capital), los organizadores del Encuentro no se propusieron nunca el diseño de un plan de lucha para terminar con la regimentación y la represión. Si bien muchas murgas expresaron en sus canciones el repudio a los dos bandos capitalistas en disputa en la crisis nacional, eso no fue aprovechado para impulsar un pronunciamiento independiente, y ni siquiera se promovió el debate.
Los pocos espacios deliberativos fueron utilizados para tratar de explicar que la risa era un factor revolucionario porque al hermanar a los trabajadores con sus patrones superaba las contradicciones de la sociedad clasista. Esta curiosidad partía de algunas murgas que se autofinancian en condiciones muy duras porque "no quieren tener ningún contacto con el dinero del gobierno burgués".
Conclusión
El Encuentro resolvió, de todas formas, algunas movilizaciones que es importante defender (particularmente la marcha carnavalera de diciembre en La Plata), para seguir luchando por la organización sindical de las murgas, de forma independiente del Estado, para luchar por el regreso del feriado nacional de carnaval para todos los trabajadores (eliminado por la dictadura), para que el Estado financie la realización de corsos gratuitos en todo el país, por el control murguero del presupuesto, por la absoluta libertad para la creación artística y para la denuncia política, por la gestión murguera (y no empresarial, como ocurre en Capital) del carnaval y para terminar con la represión a las murgas.Esto sólo será viable en la medida en que luchemos de conjunto por otra alternativa política, obrera y socialista, para el país y para el mundo. Como escribieron alguna vez André Breton y León Trotsky: "He aquí lo que queremos: la independencia del arte para la revolución, la revolución para la liberación definitiva del arte."
Del 16 al 18 de agosto tuvo lugar en Suardi (una pequeña localidad del norte santafesino) el IX Encuentro Nacional de Murgas. Participaron alrededor de 2.000 murgueros del Movimiento Nacional de Murgas, provenientes de más de cien comparsas de todo el país, que se organizaron para viajar desde las provincias de Buenos Aires, Mendoza, Córdoba, Jujuy, Entre Ríos, varias ciudades santafesinas y también desde la Patagonia (Clarín, 18/8). Quizás uno de los datos más importantes del encuentro haya sido su composición social: jóvenes trabajadores, estudiantes y de los barrios con un promedio de edad entre los veinte y los treinta años. Significa que una nueva generación de murgueros ha tomado en sus manos los estandartes del carnaval y de la cultura popular y ha comenzado a andar su propio camino.
La murga: un espacio en disputa
En los últimos años, y particularmente de la rebelión popular de 2001, las murgas se han ido recomponiendo de lo que, durante el período de la última dictadura militar, había sido prácticamente su desaparición como género popular. Se estima que hoy en día las murgas agrupan a más de 20.000 personas.
En los barrios, las murgas ofrecen un canal de expresión para los vecinos y compiten con las otras opciones que el sistema organiza para sus ratos libres: la Iglesia, la televisión, las drogas. En oposición a la degradación y a la descomposición social capitalista, muchas veces las murgas funcionan como un espacio de expresión cultural, confraternización, organización y lucha. De esto pueden dar cuenta los pibes del Polo, que a través de los proyectos adolescentes organizan comparsas a lo largo de todo el país.
Sin embargo, la murga no es nada por sí misma y como todo está influida por las contradicciones de su medio social. Muchas veces están lejos de ser un canal liberador. Es lo que pasa en Capital Federal con las murgas "tradicionales" manejadas por los "viejos" punteros políticos y por las barras bravas, que viven del financiamiento de la caja municipal. Esta alianza está al servicio de la comercialización del carnaval porteño y de su transformación en un espectáculo ordenado e inofensivo. El presupuesto para el carnaval se distribuye según una "evaluación" que, entre otros puntos, juzga el contenido de las letras de las canciones, a partir de los criterios de un "jurado", claramente influido por los gobiernos municipales. Se busca doblegar el carácter históricamente rebelde, callejero, desenfrenado y contestatario del carnaval.
En oposición a todo esto que se levanta la "nueva" generación de Suardi.
Límites
La convocatoria, sin embargo, no fue aprovechada en su potencialidad. Si bien las murgas sufren todos los días la censura y la represión del Estado (particularmente en el conurbano bonaerense donde las condiciones distan mucho de las de Capital), los organizadores del Encuentro no se propusieron nunca el diseño de un plan de lucha para terminar con la regimentación y la represión. Si bien muchas murgas expresaron en sus canciones el repudio a los dos bandos capitalistas en disputa en la crisis nacional, eso no fue aprovechado para impulsar un pronunciamiento independiente, y ni siquiera se promovió el debate.
Los pocos espacios deliberativos fueron utilizados para tratar de explicar que la risa era un factor revolucionario porque al hermanar a los trabajadores con sus patrones superaba las contradicciones de la sociedad clasista. Esta curiosidad partía de algunas murgas que se autofinancian en condiciones muy duras porque "no quieren tener ningún contacto con el dinero del gobierno burgués".
Conclusión
El Encuentro resolvió, de todas formas, algunas movilizaciones que es importante defender (particularmente la marcha carnavalera de diciembre en La Plata), para seguir luchando por la organización sindical de las murgas, de forma independiente del Estado, para luchar por el regreso del feriado nacional de carnaval para todos los trabajadores (eliminado por la dictadura), para que el Estado financie la realización de corsos gratuitos en todo el país, por el control murguero del presupuesto, por la absoluta libertad para la creación artística y para la denuncia política, por la gestión murguera (y no empresarial, como ocurre en Capital) del carnaval y para terminar con la represión a las murgas.Esto sólo será viable en la medida en que luchemos de conjunto por otra alternativa política, obrera y socialista, para el país y para el mundo. Como escribieron alguna vez André Breton y León Trotsky: "He aquí lo que queremos: la independencia del arte para la revolución, la revolución para la liberación definitiva del arte."
Del Movimiento Nacional de Murgas
9/10/2008
Por Francisco de la Murga "Patas para Arriba" y del Movimiento Nacional de Murgas
Fuente: Web del Partido Obrero
El pasado 28 de agosto en el número 1.052 de la Prensa Obrera apareció una nota titulada "IX Encuentro Nacional de Murgas", como integrantes del Movimiento Nacional de Murgas de la ciudad de Córdoba queremos agradecer la nota y también hacer algunas aclaraciones sobre la misma.
Para empezar queremos expresar nuestra intención de trabajar en conjunto con todas las organizaciones con las cuales tenemos problemas y visiones en común sobre la base de los acuerdos que podamos lograr, entre ellas la suya. De hecho hemos estado en movilizaciones y actividades juntos y es nuestra intención profundizar nuestros lazos.
En la nota existen algunas imprecisiones que quisiéramos explicar a fin de enriquecer el diálogo entre nuestras organizaciones. Bajo el título de "Limitaciones" Julián Asiner (firmante de la nota) afirma que a pesar de la represión que sufrimos las murgas no se aprovechó la convocatoria para diseñar un plan de lucha, que si bien muchas murgas en sus canciones se expresaron contra los bandos en conflicto por las retenciones no se debatió el tema ni se hizo un pronunciamiento al respecto y finalmente que sólo se discutió "la risa como factor revolucionario" explicando su finalidad de conciliación de clases.
En el comienzo, queremos aclarar que al Movimiento Nacional de Murgas lo componen agrupaciones de distintos lugares del país, las cuales trabajamos en base a acuerdos por lo que las distintas experiencias son muy variadas y las discusiones también lo son, y si bien el encuentro fue organizado por el MNM asistieron numerosas murgas que no se reconocen dentro del movimiento lo que no nos impide discutir y actuar de conjunto.
En cada una de las jornadas (que fueron tres) hubo una asamblea en las que se trataron los tres temas previamente acordados: Recuperación de los espacios públicos, Reinstauración del feriado de Carnaval y El murguero como militante barrial. Atendiendo a la duración del encuentro y a la necesidad de discutir estos puntos es que no tratamos el conflicto nacional por el campo ni ningún otro tema. Esto además explica que no sólo se habló de la risa como factor revolucionario, de hecho éste fue un taller en el cual no se expresó en ningún momento la finalidad de conciliar a las clases, en los materiales del taller se afirma que sólo la risa solidaria de los oprimidos puede tener una potencialidad revolucionaria y refundar una sociedad sin patrones. En la nota se afirma también que "Esta curiosidad [La risa como factor revolucionario] partía de algunas murgas que se autofinancian en condiciones muy duras porque ‘no quieren tener ningún contacto con el dinero del gobierno burgués'" quienes estuvieron al frente del taller pertenecen al MNM que tiene como un principio que el Estado nos debe reconocer como actores de la cultura popular, por medio de la asignación de un presupuesto manejado por nosotros de manera autónoma. La última aclaración es a su vez una invitación, con respecto a la necesidad que plantean de un plan de lucha se concluyó en participar de las conmemoraciones a realizarse en Mendoza y La Plata, de las cuales nos gustaría participen. Como se explicó anteriormente los puntos de partida son muy distintos, lo que dificulta un plan común más importante, por ejemplo hay lugares como en Jujuy en los cuales el feriado de Carnaval existe actualmente. No obstante en cada uno de los lugares se llevan a cabo numerosas actividades en los barrios a través de talleres y movidas culturales a las que también sería muy positivo se sumen.
Finalmente, no queremos dejar de expresar el malestar que generaron en muchos compañeros estos errores (ya que los asumimos como tales) debido a que se afirmaron cosas que no fueron ciertas y con un tono algo ofensivo.
No es nuestra intención una polémica en la que se descalifique al otro ya que consideramos no es una forma de construir, lo cual constituye una crítica que tenemos para hacerle a su prensa en la cual observamos reiterados ataques a estructuras que claramente están, si no hermanadas, por lo menos del mismo lado.
Para empezar queremos expresar nuestra intención de trabajar en conjunto con todas las organizaciones con las cuales tenemos problemas y visiones en común sobre la base de los acuerdos que podamos lograr, entre ellas la suya. De hecho hemos estado en movilizaciones y actividades juntos y es nuestra intención profundizar nuestros lazos.
En la nota existen algunas imprecisiones que quisiéramos explicar a fin de enriquecer el diálogo entre nuestras organizaciones. Bajo el título de "Limitaciones" Julián Asiner (firmante de la nota) afirma que a pesar de la represión que sufrimos las murgas no se aprovechó la convocatoria para diseñar un plan de lucha, que si bien muchas murgas en sus canciones se expresaron contra los bandos en conflicto por las retenciones no se debatió el tema ni se hizo un pronunciamiento al respecto y finalmente que sólo se discutió "la risa como factor revolucionario" explicando su finalidad de conciliación de clases.
En el comienzo, queremos aclarar que al Movimiento Nacional de Murgas lo componen agrupaciones de distintos lugares del país, las cuales trabajamos en base a acuerdos por lo que las distintas experiencias son muy variadas y las discusiones también lo son, y si bien el encuentro fue organizado por el MNM asistieron numerosas murgas que no se reconocen dentro del movimiento lo que no nos impide discutir y actuar de conjunto.
En cada una de las jornadas (que fueron tres) hubo una asamblea en las que se trataron los tres temas previamente acordados: Recuperación de los espacios públicos, Reinstauración del feriado de Carnaval y El murguero como militante barrial. Atendiendo a la duración del encuentro y a la necesidad de discutir estos puntos es que no tratamos el conflicto nacional por el campo ni ningún otro tema. Esto además explica que no sólo se habló de la risa como factor revolucionario, de hecho éste fue un taller en el cual no se expresó en ningún momento la finalidad de conciliar a las clases, en los materiales del taller se afirma que sólo la risa solidaria de los oprimidos puede tener una potencialidad revolucionaria y refundar una sociedad sin patrones. En la nota se afirma también que "Esta curiosidad [La risa como factor revolucionario] partía de algunas murgas que se autofinancian en condiciones muy duras porque ‘no quieren tener ningún contacto con el dinero del gobierno burgués'" quienes estuvieron al frente del taller pertenecen al MNM que tiene como un principio que el Estado nos debe reconocer como actores de la cultura popular, por medio de la asignación de un presupuesto manejado por nosotros de manera autónoma. La última aclaración es a su vez una invitación, con respecto a la necesidad que plantean de un plan de lucha se concluyó en participar de las conmemoraciones a realizarse en Mendoza y La Plata, de las cuales nos gustaría participen. Como se explicó anteriormente los puntos de partida son muy distintos, lo que dificulta un plan común más importante, por ejemplo hay lugares como en Jujuy en los cuales el feriado de Carnaval existe actualmente. No obstante en cada uno de los lugares se llevan a cabo numerosas actividades en los barrios a través de talleres y movidas culturales a las que también sería muy positivo se sumen.
Finalmente, no queremos dejar de expresar el malestar que generaron en muchos compañeros estos errores (ya que los asumimos como tales) debido a que se afirmaron cosas que no fueron ciertas y con un tono algo ofensivo.
No es nuestra intención una polémica en la que se descalifique al otro ya que consideramos no es una forma de construir, lo cual constituye una crítica que tenemos para hacerle a su prensa en la cual observamos reiterados ataques a estructuras que claramente están, si no hermanadas, por lo menos del mismo lado.
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