viernes, 24 de diciembre de 2010

La crisis causó tres nuevas muertes

Por Ramiro de Los Guardianes de Mugica

No fue nadie, tampoco había sido nadie en Formosa. Nadie tuvo nada que ver con Luciano Arruga el año pasado. Nadie ampara a las poderosas patotas sindicales que mataron a Mariano Ferreira, sólo se condena a los que tiraron. Nadie se hace cargo de los más doscientos casos de gatillo fácil que Correpi denuncia anualmente. Nadie habla de Ezequiel Ferreira ni de muchos otros chicos que mueren víctimas del trabajo infantil y de los daños del glifosato que los sojeros usan. De hecho nadie genera esas enfermedades. Nadie mató a Adams Ledesma, periodista del medio “Mundo Villa”, de hecho casi nadie habló de su muerte, que encima se dio en pleno debate sobre los medios y poco tiempo después de que el impresentable Joaquín Morales Solá, prediga un muerto, pero después no diga nada, como tampoco dijeron nada los mas fanáticos defensores de la ley de medios. Hoy somos todos bolivianos, pero cuando mataron a Adams parece que no.

Nadie mató a Rubén Carballo de la Murga Mata Mufa, que en noviembre del año pasado fue a ver a Viejas Locas y no volvió a su casa, tenía la entrada en el bolsillo, que había comprado hacía un mes, pero cuando la Federal reprimió, lo justificó diciendo que “se querían colar”. Rubén fue brutalmente golpeado y peleó por su vida durante algunas semanas, en diciembre falleció. Eso sí, para hablar del rock de hoy y de los jóvenes de hoy, dedican horas de aire sobre esta “juventud maravillosa” que fue a velar a Nestor, a diferencia de hace quince años (cuando yo era un adolescente más,  iba a recitales de rock y me sentía bastante solo por criticar a la dictadura y al menemismo, incluso la discriminación en boliches, y no ver que la mayoría de mis pares lo hacía) donde casi no se hablaba de política.

Volviendo a Soldati, ¿Cuánto se habla del por qué de estas tomas? ¿Cuánto se habló de la crisis habitacional? ¿Cuánto se hizo? ¿Nos enteramos la semana pasada de que la ciudad está llena de fachos? ¿Recién ahora nos enteramos que gran parte de la sociedad es egoísta? ¿No vimos a quienes votaron en las ultimas dos elecciones, o en 1995?

De la crisis, o mejor dicho de la pobreza, nadie se hace cargo, solo para la tele.

Decir “crisis”, es como decir pobreza. Parece que para algunos está bueno, así tenemos un concepto abstracto (llámese crisis o pobreza) a quien echarle la culpa, un buen “chivo expiatorio”. Para poder “ayudar a los pobres” tiene que haber pobres. Y así usarlos en las campañas, presentar proyectos y justificar subsidios hablando de ellos (pero nunca para que ellos se liberen de esa situación). Ayudarlos un poquito, para diferenciarse de la derecha más cruel que no hace nada. Mejor que vivan, mejor que sufran y así, en algún momento, con todas las cámaras prendidas, en cadena nacional, con todas las cámaras y todos los flashes, les damos algo, y quedamos bien con millones de televidentes. Perdón, con millones de votantes. Y por qué no, millones de consumidores.

El pobre es presentado como objeto, no como sujeto, y como tal solo es manipulado, no tiene derecho a pensar, a elaborar sus propuestas, a plantear por sí mismo sus necesidades, tampoco puede fijar agenda. Salvo que sean muchos y molesten demasiado a otros votantes, consumidores, o peor aún, a los más poderosos. Como cuando en la Villa 31 hay una toma en la autopista Illia y todos los transeúntes que diariamente van al centro desde la próspera Zona Norte tienen que rozarse con la pobreza, ahí hay que actuar. Por eso, cuando a mitad de año hubo tomas en la autopista, el Gobierno de la Ciudad intervino, hizo lo que hoy dice que no hay que hacer: darles plata para que se vayan… Y se fueron, solo unos metros de ahí, pero suficientes para no molestar a esa “gente bien”, se fueron abajo,  al barrio Comunicaciones. Y ahí las víctimas fueron otros villeros;  entonces ya no le importó a nadie, y ahí sigue el conflicto. Si, el conflicto sigue… ¿pero cómo? ¿No dijo Anibal Fernandez en conferencia de prensa la semana pasada que el conflicto de la Villa 31 se había solucionado? Lo dijo, lo repitió 3 veces en una conferencia de prensa que duró como mucho media hora. Y seguramente la mayoría le creyó. Claro ¿Cuánta gente se mete en la 31 como para saber si Aníbal decía la verdad? Lo dije antes: habló para millones de televidentes, de votantes, de consumidores… y ellos creyeron. Hoy la Villa 31 sigue con problemas, y mientras se “solucionaba” el problema del Parque Indoamericano, se dieron nuevas tomas, esta vez en la Villa 31 bis.

La sociedad del espectáculo

Festejos del bicentenario, del día de los derechos humanos (mientras siguen muriendo pobres), “cultura para todos”. ¿Para todos? Mientras hay una política represiva a centros culturales, festejamos la cultura para todos. Festejamos el feriado de carnaval (con algunos justificados motivos por haber luchado tanto para recuperarlo), pero nadie se entera que en Merlo (por nombrar sólo un municipio, hay otros) los carnavales siguen prohibidos e incluso a murgas que antes les daban permiso para hacer corsos, esta vez les fue negado. Festejamos el carnaval para todos, pero hay un montón de murgas en barrios, villas y asentamientos totalmente abandonadas, y en algunos casos hasta atacadas por las instituciones. Mientras en el día de los Derechos humanos, algunas murgas le agradecían a Cristina (incluso algunas que hace dos o tres años le dedicaban la canción de critica, y con criticas pedorras y de derecha como que se hacía la extensiones y esas pavadas, pero hoy son todas K). Mientras tanto, en la Ciudad de Buenos Aires, la Comisión de Carnaval sigue discriminando. Pero ahora están todos contentos, ya no hay nada que pedir, nadie pidió justicia por Rubén Carballo, que además era murguero y bailaba en la murga Mata Mufa, ni por Rodrigo Corzo ni por muchos otros. Las murgas siguen siendo presentadas como porristas, como un adorno. "Vení a tocarme el bombo que te doy algo”. Eso sí. Sin muchas posibilidades de expresarse, porque todavía están quienes creen que las murgas no cantan, no dicen… No se expresan. ¿Cambiará esto con los feriados?

Desde la vida digna, la expresión, o el simple derecho a festejar un carnaval, los pobres siguen excluidos, o simplemente se los condena a ser usados, no porque no puedan hacerlo, porque no se lo permiten. La sociedad del espectáculo solo puede ofrecerles ese lugar, el de aparecer cada tanto en las grandes tragedias, el de permitir que algunos, de vez en cuando, puedan lavar sus culpas. O de salir en la sección de policiales, donde más se habla de las villas. En los últimos ocho años, me tocó presenciar muchas veces como desde distintos lugares se empezó a ayudar a mis amigos de la 31, o a la murga Los Guardianes de Mugica, de la cual formo parte, pero siempre fue un “hasta ahí”. Cuando aparece la autonomía desaparece el apoyo y aparece el boicot, y también las mentiras. (Basta ver:
http://guardianesdemugica.blogspot.com/2009/11/desmentimos-lo-dicho-sobre-nosotros-en.html  por sólo mencionar un caso. Pero hay mucho más  en el libro Guardianes de Mugica, Diamantes en el barro, escrito por Nelly.

“O estás con nosotros, o sos funcional a la derecha”

Hay que ser parte del espectáculo, aprovechar este momento. No hay que quedarse afuera, como dicen varios. ¿Quedarse afuera de qué? ¿No sería mejor tratar de no dejar a nadie afuera? Vuelvo sobre esta frase que más de una vez me la dijeron ante comentarios críticos sobre este gobierno: “no quedarse afuera”, la analizo y me da la sensación de que volvimos a los 90, al individualismo, al “no me quiero quedar afuera”, al querer ser parte de algo selecto. ¿No es funcional a la derecha expresar esa frase? Si un gobierno tiene entre sus pocas cosas buenas, como principal la de pelearse con la derecha y con ese argumento tapa lo otro ¿no es eso funcional a la derecha? Se han cometido errores en la historia, quizás el más mencionado, el del golpe del 55, donde mucha gente apoyó a esa impresentable “Union Democratica” ¿Qué culpa tenemos los que nacimos después? Demás esta decir que fue muy bueno que bajen el cuadro de Videla, que juzguen a los genocidas de ayer, o que no nos cobren por ver partidos de fútbol, pero ¿hay que conformarse con eso? ¿Hay que hacerse el boludo ante muertes evitables, ante muchas injusticias, ante el clientelismo político, las burocracias sindicales y las desigualdades? La militancia de moda es así. Muchas veces fue así. Las caras del che en remeras y mochilas de muchas más personas de las que solemos ver cuando hace falta que estén.

Me encantaría que para no ser funcionales a la derecha nos propongamos mirar al de al lado, buscar bienestar para todos, ser consecuentes en nuestras vidas. Puede ser que nos cueste caro, que perjudique nuestro “progreso individual”. Por ahí nos perdemos un trabajo bien pago, o nos comemos una noche en cana por ir a una marcha. Puede ser que a veces nos pongamos mal, que tengamos menos tiempo para estar “de joda”. Que por ser así nos nieguen subsidios, planes y prebendas. Puede ser. Que a veces lloremos de impotencia, que nos abandonen, que perdamos amigos. Pero en una de esas vamos a haber pasado por este mundo aportando algo, haciendo algo por los otros, dejando algo que valga la pena. En una de esas, podremos decir que vivimos con dignidad.

17 de diciembre de 2010


lunes, 20 de diciembre de 2010

Hito en la historia de la cultura popular contemporánea, la creación de este emblema en la reconfiguración del campo carnavalero porteño se recrea en este valioso aporte a la memoria colectiva de Enrique Molina



sábado, 18 de diciembre de 2010





“GERTUDRIS EN CASA LAMOTA” (*)


Por Alfredo Armando Aguirre




Gertrudis tiene noventa años. Los cumplió en julio del 2009. Vive desde que nació en una buhardilla del Pasaje La Piedad, en la ciudad de Buenos Aires.



Gertudris sale a dar la vuelta manzana. Solo cruza para ir a misa a la iglesia de La Piedad. Los fines de semana va a la Plaza del Congreso.



Gertudris vive sola, es viuda y sin hijos.



En la Esquina de Paraná y Bartolomé Mitre donde estaba Casa Lamota hay una playa de estacionamiento. Solo queda, de esa época, la casa de canevás para bordados en la esquina opuesta. Gertrudis parece vivir de recuerdos. En realidad ella percibe lo que otros no. Sus primeras visiones del Carnaval son las de cuando tenía cuatro años (o sea...). Eran tiempos de familias muy prolíficas, con muchos parientes en el interior.



Casa Lamota producía disfraces típicos (Oso Carolina, Colombina, Pierrots). Hacía propaganda en las revistas (luego lo haría en radio). Enviaba "contra reembolso" al interior. (Para las nuevas generaciones esto del “contra reembolso”, necesita aclaración, se trataba de un sistema muy utilizado por la gente del interior para comprar en las grandes casas de comercio de Buenos aires. La gente se enteraba por las revistas o diarios, de una determinada mercadería. Mandaba un giro por el correo y recibía en unos pocos días la mercadería comprada Todo se mandaba por tren.



Era un tiempo donde se iba de los Reyes al Carnaval; del Carnaval a la Semana Santa; de la Semana Santa a las Fiestas Mayas, de estas a las Fiestas Julias. Antes del Día de la Primavera, el aniversario de San Martín; terminaban las clases y se comenzaba a esperar la Navidad y el Año nuevo.



Esto se “matizaba” con fiestas de casamientos, bautismos y velorios



Siendo adolescente, sus primos y primas comenzaron a encargarle a Gertrudis, que les compre y les mande los disfraces de Lamota.



Es decir, de algún modo prescindieron del “contra reembolso”.



Y eso hizo; Gertrudis hasta que Casa Lamota cerró allá por los sesenta o setenta cuando se jubiló, del banco donde trabajó toda su vida.



Una de esas mañanas al llegar a la esquina, comenzó a pensar en los envíos que había hecho y en distintos puntos del interior argentina sus pensamientos cobraron vida…



En el museo de Lobería un manequín de madera y género, soportaba un traje de Colombina. Perteneció a una prima de Gertrudis que vivía en una chacra, cerca de Tamangueyú. Al lado del manequín, se había conservado una foto de la muchacha que databa de los bailes de Carnaval de 1934.



En el viejo baúl de madera, en la tronera de una vieja casa de Teodolina, sobreviviendo a la voracidad de las polillas, se apilaba un traje de Oso Carolina, que había lucido un sobrino nieto de Gertrudis en los carnavales del año 1947.



Prolijamente guardado, como una reliquia de familia, en una casona de Río Cuarto, se conservaba casi intacto, un traje de Pierrot, que aquel primo lejano, lució en los bailes de Carnaval del Club Estudiantes allá por fines de los treinta.



Por fin, en un viejo ropero, del caserón de Carmen de Patagones, colgaba el traje de odalisca, de aquella primita que murió trágicamente una noche de carnaval, cuando volviendo del corso de Viedma, se cayo de la lancha que cruzaba el río Negro y no pudieron rescatarla.



En los pensamientos de Gertrudis, pasaban más disfraces, disfrazados y lugares, mas vaya a saber por qué por esos vericuetos de la mente humana, sus pensamientos se detuvieron en aquellos disfraces encarnados en sus portadores y situados en esos lugares mencionados.



¿Qué habrá sido “de la vida” de esos disfraces?, se interrogó Gertrudis. Y la fantasía se apoderó de su imaginación, y se le ocurrió pensar, que sería muy lindo, reunirse con ellos para bailar una ronda, en la playa de estacionamiento, que funciona en el terreno donde estaba Casa Lamota.



El personal de la playa ya estaba familiarizado con la figura de Gertrudis. Ella solía dialogar con ellos, y ellos ya conocían muchas de sus historias. Aunque en lugar de repetirse, siempre los sorprendía con una nueva. Eran muchas décadas de recuerdos y cientos de trajes despachados al interior, cada uno con su correspondiente historia.



Gertrudis, venía de la época donde la telepatía estaba de moda, así que no le fue fácil convocar a los espíritus que se habían encarnado en cada unos de los disfraces en que estaba pensando.



Un día les comentó a los encargados de la playa de estacionamiento, que había invitado a unos disfraces amigos, para bailar un ronda allí mismo. Los encargados se miraron entre sí y le devolvieron una afectuosa sonrisa.



Fue una tarde de sábado, hace pocos días. En esos días a esa hora, la playa de estacionamiento está casi vacía.  Aparentemente… Si uno mira con detenimiento, puede ver en la esquina el cartel escrito con letras cursivas en color rojo, apagado por las inclemencias del tiempo: "Casa Lamota” (“Donde se viste Carlota”, como decía el “speaker” por la radio cuando pasaba la publicidad del comercio).



Si uno se acerca más, podrá ver en las vidrieras, montado sobre maniquíes hechos de pasta, los disfraces para el carnaval del año…



Unos días antes, Gertudris les había dicho a los encargados: "Muchachos: el sábado llegan cuatro amigos disfrazados para bailar la ronda, si quieren vénganse y traigan algunos de su hijos o sobrinos…"



Y así apareció esa tarde Gertrudis. Aparentemente, venía sola... Aparentemente.



Saludó al encargado de turno y le dijo: "Aquí están mis amigos". "Claro, claro…", así como siguiéndole la corriente, le dijo el encargado. "Hola, gente, como están."



Escuchó como un coro que le respondía: "¿Viste, vos que creías que no íbamos a venir? ¿Vos te creías que le íbamos a fallar a la tía?"



Y Gertrudis, extendió sus manos y comenzó a danzar la ronda…



Los encargados aseguran que para los carnavales del 2010 se hará un corso con todos los disfraces que diseminó Gertrudis por la Argentina. Por las dudas ya han hecho contacto con la gente de la nieve artificial, los choris, los baños químicos, uno que se anime a volver a fabricar papel picado, serpentina y pomos de plomo con agua florida.



Ustedes, ya saben: estén atentos; En los próximos carnavales, allí en Paraná y Bartolomé Mitre, enfrente a la Iglesia de La Piedad, donde quedaba (¿quedaba?) Casa Lamota, habrá corsos durante el fin de semana de Carnaval (claro, ahora  se podrán hacer el lunes y martes; esto era antes del Decreto de Cristina). Les paso el dato. Después no me digan que no les avise.


Buenos aires, 22 de Setiembre de 2009


(*) Escrito por invitacion de Agustín Abregú Assuma, de la murga tipo uruguaya Tute Cabrero.




































































Salute Carnaval

Escribe Félix Loiácono


Salute carnaval es una columna dentro de un programa de radio, Abramos la boca, que se emite por Radio Gráfica, FM 89.3. Vamos los viernes de 17.30 a 18 horas. Lo que me propuse, básicamente,  es que se pueda hablar en la radio de Cultura Popular, en el más profundo sentido de la palabra.

Las murgas, todos sabemos, tienen que ver con esto, pero, Carnaval es más que las murgas porteñas. Por eso a lo largo de la emisión se habla de agrupaciones de carnaval montevideanas, marplatenses, cordobesas, de autores de libros relacionados con la cultura no popularizada, etcétera.

Para poder desarrollar el contenido es fundamental el apoyo que brinda la radio. No sólo tengo amplia libertad, sino que también, los operadores están al servicio de la columna. Cuando hay que bajar música, emitir audios  y  - en esto quiero hacer hincapié -  cuando se requiere comunicarse con protagonistas de la cultura, no hay ningún problema en hablar con quien sea, en el lugar donde esté. Es así que hemos hablado telefónicamente con Córdoba, Mar del Plata, Uruguay. ¡Y hasta Francia!

La columna trata de estar al servicio del Carnaval, promoviendo y dando a conocer actividades, pensamientos y obra de los pilares de la Cultura Popular y no popularizada, la gente, los artistas del pueblo que forman parte del pueblo.






Fotografía de Félix Loiácono de Garufa de Constitución con bombo de murga

lunes, 6 de diciembre de 2010

INSTANTANEAS DEL CARNAVAL 2010 (V)

IN MEMORIAM



LEO Y MATIAS VIVEN EN LA MEMORIA CARNAVALERA DE SU PUEBLO



La alegría que la época de carnaval suele brindar a las murgas y a su barrio se entremezcla aquí con la tristeza y el dolor de una partida inesperada y trágica durante el mes de febrero. Leo y Matías, jóvenes murgueros del Centro Murga de Villa Urquiza, bailarán siempre junto a su murga amada.  Ya son estandarte y son leyenda.


Canción de  Homenaje a Leo y Matías de Los Fantoches de Villa Urquiza. Entonada a modo de recordatorio y tributo en cada actuación  durante el año de su fallecimiento. Voz solista y composición: Mingo Romano. Registro: Club Sin Rumbo, noviembre de 2010.




LEO Y MATI SIEMPRE PRESENTES
RETIRADA MURGUERA
Por Mingo Romano

HA LLEGADO LA HORA DE LA PARTIDA
Y NOS DUELE EL TENERLOS QUE DEJAR
ONCE MESES NOS SEPARAN EN LA VIDA
PARA VERNOS EN EL OTRO CARNAVAL

LOS FANTOCHES LA GRAN MURGA POPULAR
HA VENIDO SOPORTANDO UN GRAN DOLOR
Y CON LAGRIMAS MEZCLADAS AL SUDOR
AFRONTAMOS ESTAS NOCHES CON VALOR

SE VA LA MURGA
QUE ES EL ORGULLO DEL BARRIO DE VILLA URQUIZA
Y AÑO TRAS AÑO VA GANANDO SU SONRISA
Y LES DEJAMOS LA PROMESA DE VOLVER

LAS LEVITAS EMPAPADAS POR EL BAILE
DEL DESFILE QUE LES BRINDAMOS A USTEDES
LAAS CANCIONES Y LOS VERSOS NO SE OLVIDAN
Y TAMPOCO ESTE MOMENTO ALEGRE

Y AL IRNOS LES DEJAMOS AQUI GRABADO
EL RECUERDOS DE INOLVIDABLES NOCHES
DESDE EL CIELO DOS ESTRELLAS ILUMINAN
Y BAILAN JUNTO CON ESTOS FANTOCHES.






* Aporte testimonial de Sole

martes, 23 de noviembre de 2010

Reflejos del corazón. Imágenes, sí. Pero también palabras, breves y precisas crónicas de lo efímero. Gotas de luz de una miríada multicolor que se manifiesta, preferencial pero no únicamente, cada febrero durante el camino sin principio ni final del carnaval.  Escenas de una obra en transcurso con el orden que les da el alma. Verdaderas epifanías de un tiempo eterno capturadas en su frágil instante por la mirada y la sensibilidad creativa de Miguel Middonno, quien, partiendo de su Floresta natal, transita Buenos Aires para ir al encuentro  de cada una de estos pequeños milagros, producto su prodigioso talento. 



*MURGA Y CARNAVAL EN BUENOS AIRES*
ESCALAS DE UN VIAJE EN MARCHA

Por Miguel Middonno





Primera escena

Antonio en el Antiguo Tambo del Parque Avellaneda el 26 de setiembre de 2009. Impresiona la forma en que se revela en cada actuación murguera: éxtasis al ritmo del bombo con platillo y el juego incesante e hipnótico de sus pelotitas. Presente en cualquier rincón de la Ciudad de Buenos Aires y del Gran Buenos Aires. Como para demostrar que las ganas pueden más que las distancias y el bolsillo.





Segunda escena

Los Calaveras de Constitución se adueñan de este momento mientras transcurre su actuación inicial de un domingo en el corso de la Mutual Homero Manzi durante los carnavales del año 2009. El sol todavía a pleno, ganándole la pulseada a los edificios de la avenida Belgrano;  merienda que se hunde en la tarde pegadiza y posterga la caminata al corso para después de comer. Impactan los ojos, la sonrisa, la actitud. Como si en ese momento no importara otra cosa en el mundo que el carnaval.







Tercera escena

 Los Atorrantes de Almagro en el corso de Parque Avellaneda del día 17 de febrero de 2008. Apenas pasada la medianoche. Batallas salvajes de nieve sobre la avenida Olivera. Aún en mi memoria, las sonrisas de esa actuación. Un festival del disfraz: una chica convertida en corazón gigante, el hombre lámpara, arlequines, piratas y,  aquí, la jirafa y el saquito de té.¡Qué placer para los sentidos!




Cuarta escena


Turno para los Enemigos del Casorio de Pompeya. En los papeles, corso de Monte Castro, aunque se trate de Juan B. Justo y Lope de Vega, una esquina con sabor a Villa Luro. Se trata del Carnaval 2009. La imagen me fascina: una mano dentro de la caja de confitados y la mirada atenta apuntando allá arriba, donde conviven voz y micrófono.



 





Quinta escena


Ellos son Los Desconocidos de Siempre en el corso de Parque Avellaneda, sobre la avenida Olivera, el día 23 de febrero de 2008. Los rostros, hinchados de carnaval en una gira que ya se acerca a su final. ¿Qué sensaciones cruzarán por sus corazones?





Sexta escena

Distinta a todas las demás. Rubén Carballo disfrutando de su murga, los Mata Mufa de La Matanza, en el Antiguo Tambo del Parque Avellaneda. Es la medianoche del 26 de setiembre de 2009, el carnaval no ha llegado todavía pero se presiente en el aire. Para demostrar que pudo haber sido cualquiera, que no se trató del resultado previsible de una noche violenta, que fue un crimen brutal, que nadie cuida de nuestros chicos. Para gritar otra vez ¡justicia!; para que no se olvide su historia.


Compilación y edición de Pupita La Mocuda
MENDOZA
DIA DEL MURGUERO
PROYECTO DE LEY

Aporte de Carlos Capurro de la murga La Guarapa y de
Totinio de la murga Los Príncipes de MOmo






















18 DE DICIEMBRE: DÍA DEL MURGUERO
No es una celebración, es un pedido de Justicia

Un 18 de diciembre de 1999, en Mendoza, en pleno festival callejero, Pablo, Gamuza y Cofia, murgueros mendocinos, murieron atropellados por un automóvil. Su conductor, un asesino hijo del poder hoy camina impunemente por las calles. Ellos eran y siguen siendo nosotros. Eran murga, castigados y silenciados, como muchos alrededor del país que permanentemente sienten el asedio de una dictadura que tiene el rostro de la policía represora, de jueces corruptos o de políticos de turno. Eran murgueros, como nosotros. Tomaban las calles, compartiendo su alegría, su arte, sus pasiones. Contaban y cantaban sus historias, las de sus barrios, las de su gente.

Hoy en día, las murgas, como muchas otras expresiones artísticas y culturales, están siendo atacadas por quienes buscan reglamentarnos, controlarnos, imponernos lo que tenemos que decir y hacer. Nos prohibieron corsos, ensayos, fiestas, disfrazando la represión con “quejas por ruidos molestos”. Nos cierran plazas y centros culturales. Nos quieren quitar las calles.

Pero la lucha de los mendocinos no cesó y actualmente el 18 de diciembre aparece en otro color en los calendarios mendocinos.

Inspirados en la historia de estos tres murgueros mendocinos elegimos este día para rendirles homenaje y recuperar con ellos, con sus seres queridos, y con todos los murgueros y murgueras, lo que es nuestro, lo que ellos también hubieran deseado, reclamado y festejado.

Recuperar el arte y la alegría que nunca perdimos ni entregamos, que seguimos enarbolando como nuestra bandera de lucha y construcción. Celebrar la memoria, recuperando el feriado de carnaval como fiesta popular, gratuita, participativa, con espíritu de encuentro entre artistas y vecinos, familias y organizaciones comunitarias.

Por todo ello, una vez más, gritamos bien fuerte: “podrán matarnos… ¡pero jamás callarnos!

Desde el año 2006 el Movimiento de Murgas Independientes de Gran Buenos Aires, llevó el reclamo a la capital con la intención de apoyar a las murgas de Mendoza y nacionalizar el reclamo, en conjunto con la histórica lucha por el feriado de carnaval, contra la represión a las murgas y la libre expresión del arte popular y contra todos los casos de gatillo fácil.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

LA MURGA DE ARPILLERA CUMPLE QUINCE AÑOS
¡¡¡FELICIDADES CACHENGUE Y SUDOR!!!


Así se presentaba a un año de su creación  


martes, 16 de noviembre de 2010


Disfrazada para el Carnaval



Así es como vemos a Marcela Luccarini en esta fotografía tomada hacia los primeros años de la década de 1960 (1963 ó 1964) en la Ciudad de Buenos Aies con primoroso vestidito, moño, delantal y coronita de flores. Por ese entonces ella y su familia vivían en el barrio de Saavedra y en febrero solían concurrir al corso de la Avenida Cabildo en la vecina barriada de Belgrano, que era el que les quedaba más cerca.

¡¡¡Muchísimas gracias, Marcela, por acercarnos estos bellos recuerdos!!!





Fotografía de Ernesto Piaggio. Carnavales en Buenos Aires durante los años sesenta.



Los niños y niñas de la época solían lucir en corsos y celebraciones carnavalescas las populares caretas de Anteojito y de Antifaz, tal como muestra esta imagen del año 1965.
Fuente: Anteojito

sábado, 30 de octubre de 2010

CARNAVALES EN LA BOCA
*Una tradición que deslumbra*

Contribuciones
de los vecinos y vecinas
del barrio porteño de La Boca: 
Gabriela Elizabeth Lamagna
Leticia Amoroso
Lidia Cerratana
Edgardo Salvemini
Héctor Aguirre
Omar Ricardo "Sordo" Cigliutti
¡Muchísimas gracias a todxs
por sus valiosísimos
y generosos aportes!




miércoles, 27 de octubre de 2010

"Suardi, los feriados y los pensamientos únicos"
Por Ramiro de Los Guardianes de Mugica


Probablemente no debería estar escribiendo esto, que es un pequeño paréntesis entre situaciones feas, personales y también de la murga que soy parte, con problemas feos en el barrio que afectan a la murga, y otros que nos duelen. Pero seguramente tiene que ver con esto, con la alegría que muchas veces buscamos en un carnaval como paréntesis para muchos entre momentos jodidos.

En estos días la comunidad murguera y carnavalera en general estamos con dos temas simbólicamente muy fuertes. Por un lado, se acerca el 11° Encuentro Nacional de Murgas, “la revancha” como le pusieron los Sincaretas, seguramente inspirados en la tormenta que sufrimos el año pasado, que arrasó el camping y nos dejó pasados por agua (y con un flor de cagazo, vale aclarar), evento muy importante para muchos murgueros de todo el país, y bautizado por muchos como "el" evento. Más allá de los debates, particularmente me parece un hermoso encuentro y lamento que no voy a poder ir este año, a diferencia de los últimos cuatro. Va a ser raro no estar.

Por otro lado, fue presentado un Proyecto de Ley de Ordenamiento de Feriados, el cual lleva a quince los feriados anuales y reinstala los feriados de carnaval por lo que tanto venimos luchando muchos murgueros. El proyecto de ley, no es un proyecto de carnavales pero sí contiene la restitución de los feriados y la derogación de la ley 21329/76, que es la ley que la Junta Militar nos impuso en junio de 1976 y con la que nos quitó los feriados y, peor aún, reprimió persiguió y censuró nuestros festejos, llegando a casi borrarlos de la memoria colectiva. Esa ley, además de quitarnos los feriados, quitó la identificación colectiva que nuestro país tenia con los carnavales. Lo que era de todos, lo que todos celebraban, se convirtió en marginal, fue silenciado y casi eliminado.

Suardi y el movimiento nacional

Si bien existen otros encuentros, algunos muy interesantes (particularmente me ha marcado la Marcha Carnavalera de La Plata, donde por primera vez asistí a este tipo de encuentros hace varios años ya, pero existen otros espacios, como el encuentro en Fyske Menuco, Saladillo, el “Correla” en Mar del Plata, Otamendi y otros) es Suardi el Encuentro Nacional de mayor trascendencia, si bien ya he aclarado que no es el único ni mucho menos “lo único” que pasa durante el año murguero: más de diez años de continuidad e historia del encuentro, cifras de cuatro dígitos en cantidad de visitantes en los últimos años y la trascendencia que tiene; se ve en numerosos eventos en Buenos Aires donde se habla y hasta se le canta a Suardi.

En ese contexto muchos murgueros visitamos Suardi, nos encontramos con nuestros pares de Córdoba, Rosario, Mendoza, etcétera, disfrutamos de la calidad artística de Falta un Tono, ese murgón jujeño que muchos sólo podemos ver en Suardi, o reírnos con el ingenio de los espectáculos improvisados de Okupando Levitas, o de toda esa diversidad con la que nos encontramos cuando vamos al encuentro en Suardi. También algunos (y me incluyo) esperamos para asistir a las asambleas que se organizan en el campamento, como espacio de construcción y deliberación para avanzar con la construcción del Movimiento Nacional de Murgas.

Sin embargo, es importante tener en cuenta la diversidad que hay dentro del encuentro de Suardi. Somos muchos los que participamos de las asambleas pero también son muchos los que no y, no obstante, anhelan el encuentro y se preparan todo el año para estar presentes. Si bien es claro que hay puntos en común y que no solo los concurrentes al encuentro sino muchas personas más adherimos a esos puntos (recuperación del carnaval, de los feriados, corsos libres y gratuitos en todo el país, libertad de expresión, no a los milicos, etcétra), tampoco es correcto adueñarse de la voz de todas y todos para escribir documentos (como podría ser esto, con la diferencia de que acá firma una persona no un movimiento) y firmarlo como Movimiento Nacional, adjudicándose la voz de miles sin siquiera consultarles. Algo que muchas veces pasó en distintos espacios en Buenos Aires: pasó con la Comisión de Carnaval y el espacio excluyente que se generó, pasó con la Agrupación M.U.R.G.A.S y con el Frente murguero. Y lamentablemente puede que pase con el Movimiento Nacional (a pesar de unos cuantos que para nada deseamos eso).

Construir un Movimiento Nacional supone tener en cuenta todas las voces, todas las características, todas las situaciones, incluso lo que no hay en el encuentro pero existe (muchas murgas no pueden ir por problemas económicos, de distancia, etcétera) y que todo sea contemplando en las decisiones que se toman; no sólo para “chapear” sino para que haya carnaval en todos los barrios, desfilen todas las murgas, se oigan todas las voces y se expresen todos los barrios (al menos todos aquellos donde haya murgas o la intención de formar una).

Falta dar algunos pasos para que el Movimiento Nacional pueda llegar a tener un importante nivel de representatividad. Por un lado, falta fortalecer los espacios regionales. Por otro, desarrollar más espacios de inclusión. Un buen ejemplo puede ser el Campamento Murguero que se realizó en Moreno, y que se repetirá el año que viene (están proyectados dos Campamentos: uno, para Semana Santa y otro para la segunda mitad del año), pero no es el único. No dejar de pensar en el barrio, pero tampoco en el de al lado, para construir todo el año en el barrio y con las murgas vecinas y no reducir las intervenciones a viajecitos y asambleas fetiche.

Nuestros feriados en el Congreso ¿conquista o engaño?

Si se aprueba la ley, particularmente no tengo dudas de que será una conquista. Si no se llega a aprobar será un engaño más, un golpe a todos nosotros, una falsa ilusión. Pero confiemos en que se va a aprobar. ¿Y después?

La ley no tiene nada criticable, nada negativo, porque simplemente reordena los feriados y deroga, entre otras, la ley de los milicos. Lo criticable sería lo que no dice, lo que falta, lo que no sabemos. Lo del turismo no me parece un tema grave, en la medida que no afecte negativamente lo que nos falta construir. Es obvio que cualquier legislación sobre los feriados (cualquiera de ellos, no sólo nuestros feriados de carnaval) va a estar impregnada de esta miserable concepción capitalista. Que el 17 de agosto se pase a lunes para “aprovechar el finde” debería ofender a los sanmartinianos, tanto como la explotación turística en Semana Santa a todo cristiano. Si Clarín habla del turismo o se esgrime ese argumento es porque buscan otros fundamentos para que esto - que para nosotros es una conquista - se apruebe. Si bien ese no tiene que ser nuestro principal argumento, ya que para mí lo es recuperar nuestra fiesta popular y el derecho a la libre expresión como fue siempre el carnaval… ¿Quién no ha argumentado para defender a su corso o la existencia de su murga como el corso ayuda a la economía del barrio?

Sin embargo, pese a que no me preocupa el carácter “turístico” si me preocupan otras cosas, vinculadas al futuro. Como por ejemplo que se descalifique a quien críticamente plantea el problema del turismo como el gran problema, con un simple “vos no sabés nada” o “te falta aprender” pero sin fundamentar nada, sin debate. Si un compañero cuestiona, aunque no me parezca importante o acertado ese cuestionamiento, bienvenido sea. Bienvenido el debate si buscamos en él, avanzar a un carnaval para todos, popular, masivo y libre. Como si estuviéramos obligados a un festejo enceguecido de una conquista que todas y todos deseamos, que está por llegar, pero que todavía falta un paso para concretar.

En todo caso, la preocupación por un supuesto “feriado turístico” lo que debería generar es una motivación para construir lo que falta, para llenar de contenidos estos feriados que están por llegar. Si no, caemos en los mismos reduccionismos que hicieron de la Comisión de Carnaval un espacio discriminatorio e injusto y que un par de años después, hicieron que más de uno “pise el palito” con el feriado trucho de Capital Federal, ese asueto para empleados públicos impulsado por legisladores en ese entonces macristas (sí, el mismo que hoy recorta presupuesto y caga a medio mundo). Por suerte siguen los debates y no se quedan en un “vos no sabés”. Pero ¡guarda! que ese “vos nos sabés” está hace tiempo entre nosotros y, encima, muchas veces para silenciar reclamos (que al menos yo considero) legítimos.

Por la alegría, el carnaval y contra los pensamientos únicos
El carnaval tiene una historia, mucho mayor que la de nuestro país. En sus siglos de historia, siempre estuvo la alegría y la parodia crítica. Las fiestas folclóricas del carnaval siempre tuvieron matices subversivos, críticos y paródicos de los sistemas establecidos. Tanto presidentes, como monarcas (cuando todavía los estados no eran gobernados por presidentes) han sido parodiados y criticados durante los carnavales, el mayor espacio de expresión que los sectores populares tuvieron durante siglos. El culto cómico del carnaval convertía a las divinidades en objetos de burla y blasfemia. Esto explica también la rica historia de prohibiciones que tiene nuestro carnaval, y cuya culminación (hasta estos días) fue la ley decretada por la junta militar en 1976.

Hoy puede haber muchas formas de expresión, distintas formas de festejar nuestros carnavales, y la recuperación de los feriados va a ser un avance. Pero ese avance no puede quedarse en el simple hecho de tener dos feriados, ni tampoco en la negativa a opiniones diversas. Si queremos un espacio amplio, tenemos que poder incluir a todos, y no quedarnos con la “militancia de palabras”: que un documento diga que somos revolucionarios no aporta nada, que se quiera sacar al encuentro de Suardi aunque no sea eso lo que quieren sus anfitriones tampoco, que muchos se digan populares, pero miran para otro lado ante las desigualdades, o cuando se excluye a murgas de determinados espacios tampoco.

El ingreso o no a la Casa Rosada podrá ser un evento histórico para algunos. Para mí, no. El evento histórico va a ser cuando en febrero haya un lunes y martes que en lugar de estar laburando estemos festejando el carnaval, criticando a las autoridades en lugar de sacarnos fotos con algunos (más allá de la afinidad política que se pueda tener con determinada gestión). Festejando entre iguales, como fue, es y será, en la esencia del carnaval. Me guardo una parte de los festejos para cuando se apruebe la ley; la parte más importante me la guardo para febrero, seguramente con gran parte de los problemas que tenemos en la 31 solucionados y festejando una vez mas nuestro carnaval, pero esta vez con feriados. Diviértanse en Suardi los afortunados que van, y ¡feliz carnaval para todos! Y hablando de libre expresión… ¡¡¡¡justicia por Adams Ledesma!!! (Qué la alegría no nos haga olvidar.)

miércoles, 20 de octubre de 2010




SE REPRODUCE POR GENTILEZA


El desaparecido Tito Conti, dueño del Bar La Academia (luego denominado “Bar de Conti”) nos relató una vez acerca de los viejos carnavales, donde aparecían comparsas coloridas y con apelativos curiosos.
En medio de la nostalgia por esos años (tal vez de sus años jóvenes) don Conti relataba el caso de una comparsa, denominada Los Negros Escoberos, al parecer – según sus dichos- formada por gente de mal vivir.
Eran gente blanca, que con los rostros pintados de negro, simulaban africanos, con vestidos de colores y portando cada uno una escoba como signo o emblema. En una entrevista con el antropólogo Nino Volpe, don Conti decía:
“...los negros escoberos partieron de la esquina de Iriondo y Vélez Sarsfield, los famosos negros escoberos de los carnavales, que en las escobas tenían un cuchillito, algo, por si había algún lío, esos eran los famosos negros escoberos…”
Tito Conti abundaba, ya en nuestra entrevista, que estos singulares participantes de los corsos eran bastante peligrosos, ya que en las escobas, bien oculta, estaría un cuchillo u hoja filosa, que los tornaba, al menos, “riesgosos de tratar”.
La esquina de Vélez Sársfield e Iriondo es, en la memoria barrial, la más antigua del barrio, y se identidfica con el origen.
Curiosamente, el también fallecido Luis Doufour y el historiador del barrio, Salvador Terrazzino, aseveran la misma cosa: la existencia de un grupo de personas, “cuchilleros” que formaron una comparsa denominada Los Negros Escoberos, que portaban el cuchillo, entre las pajas de su emblema, la escoba.
Leamos a don Terra, en su libro ¿Remember, Refinería?: "En épocas de carnavales, aquellas de los famosos corsos de barrio, en la cortada Arenales se formaba una murga, la de los “Negros Escoberos”. El director dirigía la batuta y cada cual respondía haciendo su parte, todos disfrazados y pintada la cara con carbón, uno con ropas de mujer portaba una escoba que tenía la particularidad de llevar un cuchillo disimulado y oculto en la punta, que usaba sin hesitar en casos de agresión por murgas rivales…”
El autor enfrenta las murgas de escoberos de Refinería con las de Tablada, ambos barrios conocidos como “Barrios de la Puñalada”. Estas peleas según el historiador eran por “defender el territorio” y “por el gusto de pelear”. Arenales es el "Refinería Profundo", el sector donde estaba lo más pobre del barrio, pero también era parte de los orígenes de Refinería. paradójicamente, el libro de Terrazzino abunda mucho más en Avenida Alberdi que en esos lugares antiguos.
No era de extrañar que las historias barriales más antiguas surgieran de los lugares mas viejos, incluso las más raras, sabrosas o particulares.
Sin embargo, la ocurrencia de disfrazarse de negros para carnaval no era original.
En Buenos Aires era famosa la Sociedad Los Negros, allá por 1880, que festejaba los carnavales. Todos eran blancos pintados al carbón, pero se fotografiaban a "cara limpia". También eran conocidos por 1910 los Negros del Cake Walk, de inspiración jazzistica, a la Al Jolson, gente blanca con rostros ennegrecidos y levitas rayadas.
En 1900, según sabemos por Rafael Ielpi en su libro “Vida Cotidiana. Rosario (1900-1930)", nuestra ciudad tenía dos grupos de este tipo: La Sociedad Los Negros Africanos, y Los Pobres Negros Africanos, que bailaban en “troupes”, formaciones luego llamadas murgas.
En Santa Fe, las comparsas más famosas eran Los Negros, de 1883, formada por obreros (blancos). Se recuerda al mulato Demetrio Acosta, apodado El Negro Arigós (apellido de su familia adoptiva), que formaba parte de una comparsa de 1901 llamada Sociedad Coral Carnavalesca Negros Santafesinos. Arigós- un negro de verdad, era el bastonero, y usaba una escoba muy adornada con flores y cintas. Arigós, ya mayor, participaba sentado en una silla, pero su líderazgo continuó hasta su muerte en 1951 a los 73 años, lamentablemente 16 días antes que su murga cumpliera 50 años, meta que era su esperanza.
Recordemos que los negros sobrevivieron en Santa Fe hasta hace relativamente pocos años. Rosario posee otro tipo de conformación histórico-demográfica, que hicieron siempre a ese grupo social menos influyente en las tradiciones.
Es indudable la coincidencia entre los tres entrevistados (Conti, Terrazzino y Doufour), pero dejaremos por ahora de lado la existencia real de estos personajes, los cuales bien pudieron tener nombre y apellido, pero también formar parte de un folklore muy particular.
Veamos el origen de estas curiosas murgas, que lo tienen bastante definido.
Los negros, tanto en Argentina como en Uruguay, provenían de diferentes etnias de Africa, y desarrollaron, a lo largo de los siglos XVII y XIX, una cultura amalgamada a la española, donde vivían su tragedia de hombres cautivos de por vida.
Entre las costumbres de los africanos estaban sus rituales sociales y religiosos, uno de los cuales se volvió famoso: el candombe o candomblé.
Oscar Montaño, en la revista Oralidad Nº16, publicada por la UNESCO (2009), habla del candombe como la danza y la expresión musical-religiosa más importante de los negros en estas tierras.
Esta palabra provendría de la palabra ka (Las) y Ndomble (naciones de Angola).
Consistían sus ritos en bailes coreados, con un director de la ceremonia y varios personajes característicos, propios de estas ceremonias sociales y al mismo tiempo, religiosas. Cada nación poseía sus ritos, su rey y sus guerreros, su santo principal era, generalmente, San Baltasar, el rey mago negro (imagen a la derecha).
Los candombes, ya como danzas negras y en este esquema social, se practicaban por naciones, o sea por tribus. Las danzas eran mixtas, y no por pareja, y cada danzarín tenía una parte rigurosamente establecida en el baile, que era también un ritual.
Cada tribu “competía” en el baile, a fin de destacarse, ya que no podían establecer una guerra por el predominio local, en un país donde estaban cautivos. Al integrarse a la sociedad colonial, ofrecían estos bailes a las autoridades coloniales como un homenaje, y ese es el origen del baile pautado, desfilando, que luego copió la murga del siglo XX.
En esos bailes, los personajes típicos eran La Mamá Grande, o personaje maternal, sabio y bondadoso, siempre vestida de blanco y Reina de la Comparsa; el Portabandera, que identificaba al grupo; el Gramillero o brujo, de galera, con sus hechizos y misterio; y finalmente el famoso Escobero. Éste era un personaje director, con su vestimenta particular.
Con el torso desnudo, vestía un pantalón corto generalmente rojo o verde, sandalias atadas con cintas, y un mandil o delantal de cuero con espejitos que brillaban al bailar. Su escoba estaba decorada con tela, espejos, cuentas, cintas o flores.
Era el que conducía la murga, el bastonero y a la vez el líder. Su canto era rítmico y regulado, acorde a los tamboriles, y formando un pie musical o estribillo:
- ¡Calungan-gue, calungangué!
Y el resto de la murga respondía varias veces, acompañando los tambores:
- ¡Oye-yé- yumbambué! ¡Oye-yé- yumbambué! ¡Oye-yé- yumbambué!
Al competir con otras Naciones por la espectacularidad en los desfiles, se hacían los llamados candombes a la buena, donde los Escoberos peleaban entre sí, siempre danzando, por el predominio tribal. Para eso, trataban de hacer caer a su rival mediante zancadillas, golpes ocultos y, por supuesto, mediante su escoba como arma, generalmente para trabar ágilmente las piernas del adversario. Esto era parte de la danza misma, y la habilidad era una virtud. El Escobero también era mago, y atraía y provocaba la buena (o mala) suerte. La escoba "abría el camino" a la suerte de la murga.
De todo esto, podemos hipotetizar la suposición posterior que el escobero era un personaje hábil, tramposo, ladino y a la vez, admirado.
Las Naciones se desafiaban en lo que aún hoy en Uruguay se denominan “llamadas”: desafiantes cantos de "guerra" para la competencia entre murgas en carnaval.
Podemos aventurar que las murgas de los carnavales rosarinos recordaban a este personaje del candombe, y Los Negros Escoberos bien podrían llamarse, de alguna manera, “De los Bastoneros”, ya que en el candombe, el escobero era uno por Nación africana, y uno por murga. Culturalmente, era imposible más de uno por grupo.
Entonces, la adopción de formas culturales negras, mediante la deformación que suponía adaptarlas al carnaval europeo-argentino, presupuso necesariamente una nueva concepción. Los Negros Escoberos rosarinos, dada la memoria popular y al derivar de características antiguas, como "imagen" deberían ser gente ladina, y hasta cruel, peleadora y combativa, recordando lejanamente a los viejos directores del candombe africano.
La escoba, en su significado original, hasta podría haberse continuado en la actual superstición popular de no barrer frente a alguien, para no "barrerle la suerte".
De todo esto provendría según nosotros, el cuchillito en la escoba, la mezcla del personaje femenino mentado por Terrazzino (recuerdo tal vez de la Mamá Vieja) , la “lógica- ilógica” de la pelea (la “puñalada”) por gusto o un discutible predominio, en una rivalidad entre barrios lejanos, algo absurda y hasta de dudoso beneficio.
Debemos también recordar que los escoberos de la murga eran blancos, varios de ellos tal vez criollos o inmigrantes, y que los corsos barriales eran localizados, limitados a tres o cuatro cuadras, no mucho más.
Podemos hipotetizar que los Negros Escoberos son una creación popular –sea real o legendaria- en base a vestigios de culturas lejanas, extrañas y por ende atrayentes y motivadoras. Fueron una murga y un exotismo, es cierto, pero menos interesante que su danza fue esa escoba traicionera.
Nada mejor que estos ingredientes extraños para crear una leyenda, y bastó el sabor de lo viejo, exótico y peligroso para recalcar el detalle: sin ese cuchillo en la escoba, nuestros tres vecinos hubiesen olvidado la historia sin pena ni gloria.
Para el Museo, la verdadera existencia (existencia histórica) de Los Negros Escoberos no es en el fondo importante: se reduce a un dato. Pero sí nos interesa la supervivencia de rasgos africanos en una cultura aluvional - inmigratoria fuertemente europea.
Podemos afirmar que Conti, Dufour y Terrazzino nunca se arrimaron siquiera a estos personajes. No dan nombres, ni siquiera dan fechas o épocas de esas correrías carnavalescas: bien pudieron ser en 1900, 1930 o 1950. Suponemos el período entre 1930 y 1950, época en que el barrio era "bravo", por la alta desocupación y la marginación consecuente, aunque es una mera suposición. Ninguna revista (monos y Monadas, Gestos y Muecas, Plumazos) ni de ésta ni de épocas anteriores, menciona la comparsa, ni siquiera los carnavales, ya que era un barrio esencialmente obrero, aunque las crónicas burlonas sobre el barrio o acerca de las fiestas en Avenida Alberdi son frecuentes.
Ya en la década del 50 al 60 se celebraban corsos barriales, pero ahora con abundante testimonio de los vecinos.
Dudosamente –y sin querer faltarles el respeto- ninguno de ellos jamás hubiera intentado comprobar la real y concreta existencia del amenazante cuchillo en la paja de la escoba. Los tres son hombres de buena familia, trabajadores y poco adeptos a intercambiar con la "runfla" del barrio, que era justamente la que formaría esa murga. Pero sí podemos aseverar que sus historias y relatos son las de un barrio que ha sabido crear, mediante retazos de oscuras y viejas culturas ajenas, sus propias leyendas, sus propios rituales y sus propios misterios.
Tal cual lo han hecho todas la sociedades del mundo, desde siempre.




TITO CONTI ENTREVISTADO POR NINO VOLPE